Con un dólar barato pero prácticamente inaccesible para ahorrar y tasas de interés de plazos fijos que apenas superaban 20%, bien lejos de la inflación, los argentinos nos acostumbramos en los últimos años a consumir antes que a ahorrar. Eso cambió con la devaluación y el levantamiento del cepo: el razonamiento “mejor me la gasto, si no, igual la pierdo” no va más.
Ahora, la ecuación a mirar para el ahorrista promedio que no se anima a los bonos, acciones u otros instrumentos más sofisticados, es la tasa de interés vs. la inflación vs. la suba del dólar. Y decidir cuál de todas esas variables será la más rendidora. No es tarea fácil. En febrero, por ejemplo, el dólar terminó siendo la inversión más rentable. Con una suba que llegó a 15% en sólo un mes, le ganó a la tasa de interés y también a la inflación.
Desde entonces, el precio del billete bajó unos centavos y ahora se ubica debajo de los $ 16 (el techo que aparentemente el Gobierno no está dispuesto hoy a traspasar) mientras que las tasas de interés registraron, desde la semana pasada un fuerte rebote impulsadas por el Banco Central. Así, los principales bancos públicos y privados ofrecen hoy tasas anuales entre 30% y 28% por un depósito a 30 días de plazo.
Esa tasa implica un interés entre 2,3% y 2,5% por mes, lo que es inferior al nivel de la inflación, hoy en torno a 4% mensual. Comparado contra la posible evolución del dólar, en tanto, el billete debería volver a cotizar en $16 para ofrecer la misma ganancia.
En este sentido, la mayoría de los analistas prevé que durante marzo seguirán las presiones sobre el dólar pero ya hacia fin de mes y principios de abril, por el ingreso de dólares del campo, las tensiones aflojarían y con ello el precio del billete difícilmente se ubique en ese valor.
Tomando este análisis, hacer un plazo fijo hoy sería una opción más conveniente que comprar dólares, aunque esa opción no rinde más que la inflación, al menos de marzo. Se espera que en los próximos meses la inflación baje, pero para entonces seguramente lo harán también las tasas de interés y, probablemente, el valor del dólar.
En cualquier caso, existen hoy tres reglas que no deben romperse a la hora de administrar bien los pocos o muchos ahorros que se tengan:
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