Así lo planteó la diputada. Le apuntó nuevamente a la presunta relación entre el colaborador de Macri y los jueces federales, a los que tampoco perdonó. Pero esta vez fue más tajante. Cuál es el dilema político para el Gobierno.
“Macri va a tener que elegir si lo quiere a Angelici como socio o a mí como socia. Lo puede tener como socio en Boca, no en la Justicia”, sentenció Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica trazó una línea al afirmar que en la alianza Cambiemos, de la que es co-fundadora, hay un “debate interno» que es “Angelici o Carrió”.
El presidente de Boca Juniors es señalado como el principal “operador judicial” de Macri desde que el PRO llegó al Gobierno de la Ciudad. Se le atribuye una buena relación con jueces federales como Ariel Lijo y María Servini de Cubría y una amistad con Darío Richarte, ex número dos de la SIDE, dirigente del club y dueño de uno de los estudios de abogados con mayor influencia en Comodoro Py.
“El Tano”, como le dicen en el PRO, es un hombre de consulta del Presidente y no es la primera vez que Carrió lo critica. En noviembre, a pocos días de que Macri ganara el balotaje, la diputada habló a través de Twitter sobre la necesidad de “jueces independientes” y le pidió al recién electo mandatario “que lo retire” del ambiente judicial. En marzo lo acusó de “manejar la Justicia Federal”. Tanto Macri como Angelici lo negaron. Ahora, en declaraciones al programa “La Cornisa”, dijo que el Presidente «no lo puede tener como socio en la Justicia y no puede tener a gente como Richarte».
La diferencia es que esta vez la co-fundadora de la alianza Cambiemos le puso una condición a su sociedad con Macri. Lo invitó a elegir entre ella o el histórico asesor. Si bien el carácter controversial de Carrió es conocido (son muy comunes los chistes de pasillo sobre cuánto durará su oficialismo) difícilmente se trate de un arrebato rupturista. La diputada pone sobre la mesa el dilema que atraviesa al Gobierno en este momento: ir a fondo contra el kirchnerismo y/o la propia ex presidenta Cristina Kirchner por los coletazos de las denuncias de corrupción acumuladas, o ser más moderado.
La líder de la Coalición Cívica está en el primer grupo. Por eso, después hablar sobre los vínculos de Lázaro Báez y Cristóbal López con la familia Kirchner, opinó que “los jueces federales son una vergüenza para esta nación» y los acusó de «garantizar impunidad». Según Carrió, ella y el Presidente hicieron “un acuerdo honorable para la República” y él “ahora tiene que garantizar justicia”. En otras palabras, le pide que nadie del Gobierno intente moderar a los jueces que tienen las causas que involucran a funcionarios del kirchnerismo. Y cree que Angelici está en eso.
La opción de la moderación, con la que confronta Carrió, es netamente política. Un avance judicial frontal contra la gestión anterior podría impactar en la ya delicada relación entre el Gobierno y el peronismo en el Congreso. Con el fin de asegurarse la gobernabilidad, el oficialismo viene haciendo equilibrio para mantener una mayoría atada con el alambre de los acuerdos circunstanciales en la Cámara de Diputados y tener apenas la oportunidad de llevar la agenda en el Senado. No faltan en el Congreso quienes midan el impacto que podría tener un accionar implacable de la Justicia no sólo en la relación con el PJ-Frente para la Victoria, sino también con hombres más dialoguistas como Sergio Massa y Diego Bossio, ambos ex funcionarios de la gestión kirchnerista. Los dos pasaron por la ANSeS, una de las principales fuentes de recursos del gobierno anterior y el tigrense, además, fue jefe de Gabinete.
Macri empezó a darle curso a un paquete de proyectos de ley para limitar el mandato de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó (a la que ha calificado como una “militante” kirchnerista), incluir en el Código Penal la figura del “arrepentido” y crear un fuero especializado en el crimen organizado, que entienda en casos de corrupción. Según el Gobierno, intenta quiere lograr una “Justicia independiente y transparente”. Pero respecto de las denuncias de corrupción que involucran al kirchnerismo, la postura oficial es no meterse.
Días atrás, el Presidente dijo que el video que muestra a Martín Báez contando dólares de a pilones en la financiera SGI –más conocida hoy como “La Rosadita”– lo “asqueó”, pero aclaro que “la Justicia tiene que actuar de manera independiente”. Si bien nunca diría que prefiere que las causas no vayan tan a fondo (lógicamente, ningún Presidente podría hacerlo) tampoco se inclina por lo contrario con los universales eufemismos de “celeridad” y “todo el peso de la ley”.
Macri elige por no meterse. Al menos en público. El pedido de Carrió y de algunos sectores de poder es que elija entre ir a fondo o no. Al menos a puertas cerradas.