Tras la marcha de jubilados de este miércoles en la que participaron barras bravas y organizaciones políticas y que terminó en terribles incidentes, las fuerzas de seguridad confirmaron que hay 124 personas detenidas que participaban de los disturbios.
De acuerdo a las fuentes oficiales, la jornada también dejó 26 policías heridos, incluido uno que recibió un disparo. También hay decenas de manifestantes heridos, entre ellos el reportero gráfico Pablo Grillo, quien recibió un disparo de gas lacrimógeno en la cabeza y está en estado de gravedad.
Las detenciones se dieron en varias áreas del centro porteño y se generaron tras la intervención de las fuerzas de seguridad, que utilizaron balas de goma y gases lacrimógenos en respuesta a actos de violencia por parte de algunos asistentes, quienes lanzaron piedras y provocaron el incendio de más de 30 contenedores de residuos y autos.
A medida que las fuerzas policiales avanzaban, los manifestantes, incluyendo miembros de sindicatos y grupos de hinchas de fútbol, comenzaron a dispersarse, arrojando objetos y generando caos. En el transcurso de los incidentes, un policía también recibió un disparo de un manifestante que llevó un arma de fuego.
El Ministerio de Seguridad Nacional también reportó la incautación de dos armas de fuego y otros elementos peligrosos, al tiempo que el Ministerio de Seguridad de la Ciudad mencionó la quema de un vehículo policial y daños a la infraestructura urbana, incluyendo 70 contenedores vandalizados y baldosas rotas.
La protesta fue convocada por los jubilados, quienes, como cada miércoles, se congregaron frente al Congreso para exigir mejoras en sus pensiones, la restitución de la cobertura de medicamentos y la continuidad de la moratoria previsional que finalizará a fines de marzo.
El Ministerio de Seguridad Nacional había advertido que no se permitirían cortes de ruta ni actos de violencia, con la ministra Patricia Bullrich afirmando: "Están nuestras fuerzas desplegadas para hacer cumplir el protocolo: el tránsito no se corta y los barras bravas, sobre la vereda".
A pesar de los esfuerzos iniciales de las fuerzas de seguridad, los disturbios fueron en aumento por la tarde, lo que resultó en la interrupción del tránsito en las avenidas Callao y Rivadavia. El uso de gases lacrimógenos y camiones hidrantes fue empleado para controlar a los manifestantes, quienes contaron con el apoyo de hinchadas de diversos clubes, agrupaciones gremiales y políticas.
Durante el tumulto, personal del SAME y de la Cruz Roja se hizo presente para asistir a los heridos, que resultaron lastimados por el uso de gas pimienta y el agua de los camiones hidrantes.