El líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, está cerca de ir a juicio por el delito de administración fraudulenta, amenazas y extorsión a beneficiarios del Potenciar Trabajo.
En la causa que tiene al frente al juez federal Sebastián Casanello, se investiga a la Asociación Civil Polo Obrero y el Resplandor Limitado por un posible desvío de $360 millones.
La Oficina Anticorrupción es querellante para determinar si Desarrollo Social mandó ese dinero como unidades de gestión del Potenciar Trabajo hacia un grupo de empresas que hacían facturas para ocultar el financiamiento del Partido Obrero.
Las pruebas
La OA demostró que la organización hizo rendiciones de cuentas ante Desarrollo Social con facturación apócrifa generada por un grupo de empresas “truchas”.
En realidad, el dinero debía ir a la compra de herramientas y otros elementos de trabajo, pero parte de esos fondos terminaron en una agencia que hizo tareas de publicidad para la campaña del Partido Obrero.
La historia de Coxtex
Esta empresa le facturó al Polo Obrero unos $5.144.418. La AFIP catalogó esta firma como apócrifa, no tiene sede social ni comercial. El partido dice haberle comprado computadoras, pero no se sabe a dónde las fueron a buscar.
Ediciones e Impresiones Rumbos, la imprenta del Polo Obrero
La Justicia detectó facturas de esta firma por un total de $31 millones, aunque mucha de la documentación presentaba irregularidades. Un ejemplo de esto es que se emitieron varias facturas en un día por kits de seguridad, todas con distinto valor aunque se trataba del mismo producto y cantidad.
La Justicia también encontró irregularidades en la firma Miniso Trade, que le facturó al PO unos $3.060.003. Se trata de una compañía apócrifa. A su vez, Urban Graphics le facturó a la organización de Belliboni otros $5.180.019 e inmediatamente después de cobrar el dinero le endosó un cheque a Rumbos, es decir, la plata siempre volvía a la imprenta del PO.