El Gobierno hizo un llamado urgente a la CGT para retomar el diálogo tras conocer el endurecimiento de la postura gremial y la inminente implementación de medidas de fuerza. El secretario de Trabajo de la nación, Julio Cordero, subrayó la importancia de avanzar en la agenda de reforma laboral con los representantes de los trabajadores. Su llamado se produce en un contexto de creciente descontento entre los trabajadores y un índice de desocupación que aumenta mes a mes.
La reciente reunión del Consejo Directivo de la CGT, llevada a cabo en su sede de la calle Azopardo, marcó un punto de inflexión. Tras meses de una actitud moderada y casi inactiva, los líderes sindicales decidieron adoptar una postura más combativa frente al gobierno de Javier Milei. En este contexto, la central definió intensificar su plan de lucha, lo que incluye una marcha programada para el 7 de agosto en el marco del Día de San Cayetano, patrono del Pan y el Trabajo.
Ante este panorama, el secretario Cordero intentó calmar las aguas, destacando que el Gobierno está dispuesto a mantener abierta la mesa de diálogo para tratar todos los temas planteados por la CGT. Sin embargo, advirtió que este diálogo debe iniciarse sin exigencias previas, enfatizando que las demandas de la central sindical ya fueron atendidas. Entre las acciones gubernamentales recientes se incluye la actualización del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, que pasó de 1.250.000 a 1.800.000 pesos, con nuevas actualizaciones previstas para el futuro.
A pesar de estas medidas, la CGT consideró que las respuestas gubernamentales son insuficientes. Entre sus principales demandas se encuentran la revisión del DNU 70/2023, que la central sindical considera lesivo para los derechos laborales, y la derogación de ciertos aspectos de la reforma laboral propuesta. La CGT también expresó su preocupación por la nueva regulación del impuesto a las ganancias y la figura del trabajador independiente con tres colaboradores, que, según argumentan, desprotege a los trabajadores.
El endurecimiento de la postura de la CGT viene en un momento crítico, con un desempleo cercano a los dos dígitos y una recesión que afecta duramente a diversos sectores. La central sindical decidió entonces movilizar a sus bases y convocar a un plenario de secretarios regionales y generales para definir una hoja de ruta clara en su plan de lucha. Esta estrategia busca no solo presionar al gobierno sino también mostrar unidad y fuerza ante las medidas que consideran perjudiciales para los trabajadores.
El panorama actual revela una creciente tensión entre el gobierno y los sindicatos, con la CGT dispuesta a jugar un papel más activo en la defensa de los derechos laborales. El llamado al diálogo del gobierno refleja una preocupación por el impacto de las medidas de fuerza planeadas por la central sindical y la necesidad de encontrar un terreno común para abordar los problemas que enfrenta el país.
