A pocas horas de la violenta represión que lideró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en las inmediaciones del Congreso durante la marcha de jubilados, el estado de Pablo Grillo, el fotógrafo que recibió un impacto de gas lacrimógeno en la cabeza, es crítico.
Grillo fue intervenido y actualmente se encuentra en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía, tras sufrir un grave traumatismo de cráneo, múltiples fracturas y pérdida de masa encefálica. Su padre, Fabián Grillo, brindó detalles sobre la situación de su hijo en la puerta del hospital, explicando que los médicos lograron estabilizar la presión intracraneal y reconstruir parte del tejido afectado.
A pesar de la respuesta pupilar positiva en un primer momento, el pronóstico sigue siendo reservado, y los días venideros serán determinantes para su recuperación. La agresión a Grillo se produjo en un contexto de represión contra los manifestantes y trabajadores de prensa que se encontraban en la zona.
Ante esta situación, la familia hizo un llamado al Ministerio de Seguridad para que se aclare lo ocurrido. Fabián Grillo no dudó en criticar a Bullrich, a quien calificó de "basura humana" y desmintió las afirmaciones realizadas por la ministra, que intentó deslegitimar el trabajo de su hijo al vincularlo a cuestiones políticas.
A raíz de esta situación, se están organizando donaciones de sangre para Pablo, que se pueden realizar en el hospital donde está internado. Además, el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, se refirió a la agresión como un "hecho muy lamentable" que el Gobierno se compromete a esclarecer.
En sus declaraciones, responsabilizó a "grupos de la política" de haber suscitado la violencia que terminó en los disturbios. Francos, que aún no había hablado con el Presidente sobre el incidente, realizó observaciones sobre la naturaleza de la represión, defendiendo la actuación policial y sugiriendo que los disturbios buscaban un "golpe de Estado" encubierto.