La reforma migratoria, con eje en endurecer la admisión de extranjeros, que anticipó el presidente Javier Milei aún no tiene un proyecto de ley definido para que el oficialismo le dé luz verde en el Congreso y hasta el momento hay iniciativas por separado de diputados de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y del PRO.

Se espera que la Casa Rosada envíe una iniciativa propia para modificar la Ley de Migraciones, pero aún no tiene fecha.

El Ejecutivo pretende que el residente argentino se ubique por encima del no residente en aspectos como la educación y la salud. Por eso, el proyecto que será enviado al parlamento hará eje en esos temas. Las universidades nacionales estarán autorizadas a cobrar aranceles a los estudiantes extranjeros no residentes. Y se terminará la atención médica gratuita en los hospitales públicos para extranjeros, cuestión denominada como tour sanitario.

En el discurso de apertura de sesiones en el Congreso, el mes pasado, Milei anticipó el envío de una iniciativa sobre esto. "Si queremos ser un país serio, también debemos llevar a cabo una profunda reforma migratoria", expresó el jefe de Estado ante los legisladores.

"Nuestra nación ha sido generosa con los inmigrantes, pero otra cosa distinta es ser tomados de tontos por nuestros vecinos, o ser un centro de beneficencia pagado por el bolsillo de los argentinos. Aquellos extranjeros que estén de forma transitoria o temporaria en nuestro país tendrán que pagar por los servicios que utilizan”, agregó el Presidente.

Antes, el vocero presidencial Manuel Adorni había dicho que "se está trabajando en una serie de modificaciones en el régimen migratorio", tendiente a que "los malandras, los ocupas y los oportunistas deben quedarse en sus casas del otro lado de la frontera, y no venir a la Argentina a hacer daño a los ciudadanos que residen en el territorio nacional".