El economista Mariano Fernández, quien fuera en algún momento amigo cercano del presidente Javier Milei, dio una nota al periodista Jorge Fontevecchia donde hizo un análisis exhaustivo sobre los primeros tres meses de gestión del gobierno y adelantó: «Esto termina mal».
Fernández compartió sus reflexiones sobre los desafíos económicos que enfrenta Argentina y las posibles consecuencias de las políticas implementadas por el tándem Caputo-Milei y fue contundente: «El salario real está en caída, el nivel de precios no es sostenible, y eso se paga con recesión, lo que implica mayor desempleo”.
Una de las principales preocupaciones del especialista radicó en la sustentabilidad del superávit fiscal registrado en enero y febrero, y del que se enorgullece el ministro de Economía, Luis Caputo. En este contexto, Fernández señaló que este superávit se basa en medidas que afectan negativamente a las jubilaciones y salarios, lo que podría generar un aumento en la conflictividad social.
«Me preocupa el contexto actual, con cepo cambiario, limitaciones a la cuenta de capitales, una economía cerrada que depende de decisiones arbitrarias de los funcionarios, que salieron a amenazar con importar cuándo es el sector privado el que debería hacerlo, y esto sumado a un equilibrio fiscal que levanta dudas sobre su sostenibilidad. En el mes de enero se registraron superávits primario y financiero, pero no hay ninguna reforma estructural que nos haga pensar que ese superávit pueda sostenerse en el tiempo. Además, hay desequilibrio monetario, que no es menor. Lo que han hecho es esconder debajo de la alfombra la tasa de expansión monetaria», detalló el economista.
En otro pasaje de la nota, el licenciado expresó preocupación por la política monetaria del gobierno, especialmente la pauta de devaluación del 2%, que considera insuficiente para abordar los desequilibrios económicos del país. En lugar de eso, propuso una devaluación más agresiva del 8% para dar flexibilidad al sector externo y evitar futuros saltos inflacionarios y devaluaciones abruptas.
Además de sus preocupaciones sobre la política fiscal y monetaria, Fernández enfatizó la necesidad de impulsar reformas estructurales para mejorar la estabilidad económica a largo plazo. Entre estas reformas, destacó la importancia de la independencia del Banco Central y la desregulación del mercado cambiario como medidas clave para generar un ambiente económico más previsible y estable.
«En vez de tanta ley ómnibus y tanta discusión sobre cosas que podrían esperar, el Gobierno podría presentar un proyecto de independencia del Banco Central, que en la ley ómnibus no está. Hoy tenemos un grave problema, porque el presidente del BCRA es un ex socio del ministro de Economía», comentó Fernández.
Y añadió: «Todos deseamos que las cosas salgan bien, pero cuando uno analiza los datos empieza a preocuparse» y adelantó: «que no te extrañe que en los próximos tres meses la tasa de desempleo salte a dos dígitos. Esto termina mal, ya lo sabemos. Esto termina con una fuerte devaluación y con un nuevo salto inflacionario», precisó.
