El director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, defendió la difusión en las escuelas bonaerenses de libros con contenido sexual explícito al asegurar que “no son para los estudiantes”.
El catálogo Identidades bonaerenses está compuesto por más de 100 libros de diversos géneros y autores. A raíz de la polémica, los consejeros generales de Cultura y Educación bonaerense, Diego Julio Martínez y Natalia Quintana, le pidieron al Subsecretario de Educación de la provincia de Buenos Aires, Pablo Urquiza, explicaciones sobre los criterios de selección de las obras.
En este contexto, en declaraciones radiales a Radio Mitre, el funcionario bonaerense advirtió que “los padres están indignados por lo que escuchan en los medios” ya que las publicaciones que integran el programa en cuestión, denominado Identidades bonaerenses, “no es pornografía, sino literatura”.
En esa línea, señaló: “No son libros de educación sexual para los estudiantes; es una colección de literatura para las bibliotecas. Consideramos que son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos”.
El director de Cultura explicó que los libros incluyen una inscripción que señala la necesidad de acompañamiento docente. Y añadió: “Hay libros que tienen una temática política, relaciones problemáticas o escenas de sexo o lenguaje con vocabulario soez. Esos no van para la secundaria básica, sino para la secundaria orientada; y tampoco va para el alumno que tiene 16 o 19 años″.
Y continuó: “Más allá de que usted discuta el concepto de literatura o de arte y que sobre un libro de 133 carillas como es ‘Cometierra’ se lea la mitad de una carilla donde hay alguna una escena… esto puede convertirse en una escena pedagógica en el aula”.
Por su parte, el periodista Eduardo Feinmann había leído un fragmento de una obra que incluye un relato sexual explícito para confrontar con el funcionario. A lo que Sileoni respondió: “Es literatura para los adolescentes. No discutimos con las familias. Convergemos con las familias. Aún hoy los chicos nos dicen que estas cosas no las pueden hablar en casa, aún con familias presentes».
Y agregó: «Entonces nosotros creemos que la escuela es un buen lugar para escuchar a los jóvenes que a veces los escuchan poco. ¿Usted sabe que hay sectores que los quieren meter presos a los 12 y se escandalizan porque a los 17 leen alguna obra de arte?”.
La conversación tomó un tono de discusión, más adelante, por lo que el funcionario expresó: “La escuela no niega la diferencia entre el hombre y la mujer, no enseña prácticas sexuales, no alienta la homosexualidad o la transexualidad. La escuela te acepta como sos y en eso es mejor que la sociedad».
Y sentenció: «Le doy el derecho a que no lo vea. Pero no le acepto la palabra degenerado y no le acepto la palabra aberrante porque son materiales muy probados. Los padres a veces están y a veces no están. Entonces no es contra los padres, es a favor de las adolescencias, no es en contra de la familia”.