Ayer, el vocero presidencial, Manuel Adorni, publicó un tuit en X donde aseguró: «La Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento, ni de religión: todos sus habitantes son iguales ante la ley», y sumó: que «el Gobierno Nacional dispondrá las medidas necesarias para eliminar cualquier política ideológica y discriminatoria que habilite el ingreso a los empleos públicos por criterios que no sean específicamente los referidos a la propia idoneidad de las personas. Fin.». Aunque no lo dijo explícitamente, fuentes oficiales aseguraron al medio Ámbito Financiero que el gobierno libertario avanzará en la eliminación de los cupos de género en el Estado.
La Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento, ni de religión: todos sus habitantes son iguales ante la ley. Por eso, el Gobierno Nacional dispondrá las medidas necesarias para eliminar cualquier política ideológica y discriminatoria que habilite el ingreso a…
— Manuel Adorni (@madorni) November 28, 2024
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De hecho, el subsecretario de prensa, Javier Lanari, sumó en su cuenta de X: “Motosierra a los cupos ideológicos y discriminatorios en el Estado. Ningún aparato reproductor puede definir las capacidades y la idoneidad de las personas…”
Motosierra a los cupos ideológicos y discriminatorios en el Estado. Ningún aparato reproductor puede definir las capacidades y la idoneidad de las personas… https://t.co/TyTQ5c76rj
— Javier Lanari (@javierlanari) November 28, 2024
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Según Ámbito Financiero, desde el Gobierno se encuentran trabajando para eliminar los cupos laborales en cuestiones de género, un porcentaje mínimo (1%) de puestos y cargos públicos que, de acuerdo a lo que establece una ley sancionada por el Congreso, deben ser ocupados por la comunidad travesti trans.
En Argentina hay dos cupos por cuestiones de género: el Femenino y el Laboral Trasvesti Trans. Se trata de una medida que va en línea de la “batalla cultural” del gobierno contra lo que llama la “ideología de género”.
Cómo funcionan los cupos
El Cupo Femenino reserva un porcentaje de las listas de candidatos presentadas por diferentes partidos políticos para las mujeres. Fue sancionado por primera vez en 1991, donde se fijaba un 30%. En 2017, en línea con la aparición de la ola feminista, se sancionó la ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política que aumentó el porcentaje a un 50 y 50 e intercalados. Si el primer candidato es un hombre, el segundo una mujer, y si el primer candidato es una mujer, el segundo debe ser un hombre. La ley fue votada por amplia mayoría y de forma transversal a todos los partidos.
Luego, en 2021, el Congreso nacional sancionó la Ley de Promoción de Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgéneros «Diana Sacayán-Lohana Berkins», que lleva ese nombre por las dos militantes que impulsaron la inclusión de ese colectivo.
La ley establece un cupo mínimo del 1% de los cargos y puestos del Estado Nacional para la población travesti, transexual y transgénero, tanto en el poder Ejecutivo como en el Legislativo y Judicial, así como a los organismos descentralizados o autárquicos, empresas del Estado y entes públicos no estatales.
Quienes defienden la medida aseguran que se trata de un colectivo sojuzgado históricamente, al cual le es muy difícil conseguir empleos, excepto laprostitución, el cual siempre ejercen casi siempre en muy malas condiciones. La ley también promueve acciones en el ámbito privado, tendientes a aminorar esta realidad tan hostil: por ejemplo, el Banco Nación debe promover líneas de crédito con tasa preferencial para emprendimientos que contemplen la contratación de personas travestis, transexuales y transgéneros. La ley no no obliga al Estado a tener de manera compulsiva e inmediata un 1% de sus puestos ocupados por este colectivo, sino que es una meta a cumplir en el futuro, y solo establece la obligación del Estado de reservar las vacantes en los nuevos puestos que se generen para ser ocupados por personas de ese colectivo.
La esperanza de vida del colectivo travesti-trans no llega a los 40 años.