A nueve días de que la CGT lleve adelante un paro general contra el gobierno, la administración que lidera Javier Milei evalúa descontar el día de los empleados estatales que adhieran a la manifestación.
Así lo confirmó esta mañana el vocero presidencial Manuel Adorni, quien afirmó que lo están “evaluando como una posibilidad cierta”.
El pasado miércoles el plenario de delegaciones regionales de la CGT le otrogó un respaldo “contundente y unánime a la estrategia y acción” de la cúpula que busca llevar adelante el paso en rechazo al DNU de desregulación económica promovido por el gobierno, el cual contiene varias reformas en materia laboral.
La medida de fuerza consistirá en un paro de 12 horas con movilización para el próximo 24 de enero que será replicado en cada una de las provincias con protestas similares.
Durante el encuentro cegetista se expresó “la preocupación y el rechazo a aquellos aspectos de la llamada Ley Ómnibus que van contra la soberanía del país, los derechos laborales, el derecho de libre expresión y protesta, el modelo sindical argentino y las prestaciones de salud y previsionales”.
También se repudió la “criminalización de la protesta social como método represivo de un plan de ajuste económico del actual gobierno” y se advirtió a quienes negocian el DNU y las leyes con la Casa Rosada desde las gobernaciones y las bancas legislativas: “El diálogo y el consenso es una herramienta de la política, pero cualquiera de esas instancias no puede hacerse a espaldas del pueblo trabajador. Y con más razón aquellos representantes que provienen del campo nacional y popular”.
En declaraciones radiales brindadas previas a la reunión, el cotitular de la CGT Pablo Moyano – del sindicato Camioneros – aseguró que la unidad cegetista está ratificada “a pesar de algunas diferencias” y enfatizó que “el objetivo es uno: voltear el DNU, voltear la Ley Ómnibus y movilizar el 24 y estar presente en cada conflicto que se va a ir generando”.