Hoy comienza el juicio oral contra Jorge Alperovich, el ex gobernador de Tucumán acusado de abuso sexual y violación contra una ex secretaria. En la audiencia se dará lectura al requerimiento de elevación a juicio pero no habrá testigos.

En total, se acusa a Alperovich de nueve hechos: dos habrían ocurrido en un departamento de Puerto Madero, y el resto en la provincia de Tucumán.

Cómo empezó el caso Alperovich

Si bien la joven inició la denuncia en 2019, acusando a Alperovich de tres hechos de abuso sexual – dos de ellos cometidos en tentativa – y seis sucesos de violencia sexual con acceso carnal – los hechos comenzaron en 2017.  La denunciante era amiga de una de las hijas del ex gobernador – de hecho es hoja de un primo segundo de Alperovich – y trabajaba en su círculo cercano.

Los dos primeros hechos habrían ocurrido en diciembre de aquel año. Uno en Zencity, un complejo de cuatro edificios ubicado en el Dique 1 de Puerto Madero. La joven había empezado a trabajar con Alperovich unos días antes.

De acuerdo a la denuncia, después de cenar, Alperovich comenzó a manosearla y a besarla; ella logró soltarse y se encerró en un dormitorio. Al día siguiente, el entonces senador actuó como si no hubiera pasado nada y hasta la mandó a comprarse un vestido a un shopping.

Doce días después, el 27 de diciembre, la escena se habría repetido y en el mismo lugar.

De ahí en más, los hechos se trasladaron a la provincia de Tucumán, en una casa alquilada y en los autos que utilizaba Alperovich para sus traslados de campaña.

La causa se tramitó, al principio, en dos jurisdicciones: el fuero criminal y correccional de la Ciudad de Buenos Aires y en la justicia tucumana. Pero luego de una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se decidió que todos los hechos debían investigarse en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°35 de la Ciudad de Buenos Aires.

Los fiscales consideraban que estaba muy claro que existía una gran asimetría de poder entre Alperovich y la denunciante: la relación familiar que tenían; la diferencia de edad; la situación de dependencia laboral; y, no menor, el posicionamiento político y social de Alperovich, al tratarse de “un reconocido político, con enorme influencia a nivel provincial y nacional, que gobernó durante años la provincia de Tucumán”.

El juez Osvaldo Rappa tuvo en cuenta decenas de chats de WhatsApp incorporados a la causa entre la denunciante y sus compañeros de trabajo, así como también las conversaciones con Alperovich:

“Mi vida podrías ser un poquito más cariñosa, por ejemplo buen día, como amaneciste, aunque no lo sientas”, “sos mi dueña”, “te amo mucho”, y “te voy a proteger siempre”, son algunos de los mensajes que figuran en el expediente.

Alperovich nunca fue expulsado de la Cámara de Senadores y recién fue indagado en 2022, cuando ya había terminado su mandato. “Declaré durante más de una hora y media, y realicé un extenso descargo de mi defensa, analizando todas las pruebas presentadas en la causa y demostrando que se trata de una falsa denuncia con fines de excluirme de la escena política”, manifestó ese día el ex gobernador en sus redes sociales.

Los abogados de Alperovich reclamaron durante más de un año que sea juzgado por un jurado popular, pero el pedido fue rechazado por un juez de primera instancia, por la Cámara del Crimen, y luego por el juez del Tribunal Oral Criminal 29, Juan Ramos Padilla.