Ayer, durante la jornada en la que se terminó de aprobar en particular la Ley Bases, protagonizó un tenso momento mientras exponía las razones de su voto positivo. 

El jefe de Bloque de la UCR, Rodrigo de Loredo, señaló con el triunfo libertario ya consumado que “era lo correcto darle estas herramientas a un gobierno que recién asume, y que tiene debilidades parlamentarias”.

“No nos interesan sus cargos, no nos seducen sus embajadas, no somos obsecuentes…” dijo De Loredo, y en ese momento se generaron a su alrededor desde murmullos hasta risas desde la bancada de Unión por la Patria. “No sé que les causa gracia”, indicó De Loredo, visiblemente molesto.

Luego, continuó: “tampoco somos amigos del campeón, no somos héroes cuando acompañamos estos textos ni tampoco somos villanos cuando diferimos».

Para De Loredo, que su sector del radicalismo haya apoyado al presidente Javier Milei sirve para que “se acaben los chivos expiatorios y el gobierno se tenga que hacer cargo de gobernar”. En esa línea, puntualizó: “Es un gobierno que asume, pide determinadas herramientas, tiene poco tiempo de ejercicio, y debilidades parlamentarias. Nos parece democráticamente correcto otorgárselas”, consideró a modo de justificación de su voto. 

Desde la perspectiva del radical, con este acto se cierra “esta primera etapa del Gobierno”, de la cual consideró que hay “objetivos económicos cumplidos” como la reducción de la inflación, el achicamiento de la brecha cambiaria, la baja del riesgo país y también la reducción del déficit fiscal.  

“A esta altura es innecesario ponernos a discutir si el ajuste lo pagó la casta porque todos tenemos claro que lo están pagando los sectores medios y los adultos mayores”, advirtió De Loredo, luego de votar la suba de Ganancias.

Sin embargo, también añadió: “El superávit fiscal es un medio, no es un fin. El concepto que tiene que empezar a impregnarnos es el superávit productivo” agregó De Loredo, indicando que a pesar de su apoyo, “nosotros no queremos integrar el gobierno” y aseguró que le “preocupa” que el presidente Javier Milei “se pasee por el mundo dando cátedra de cómo se debe salvar la Argentina en vez de aplicarlo aquí y ahora con gestión”. “No se puede ser duro contra las corporaciones, la mala política y las fuerzas que impiden el cambio sin ser blando con las personas que están bancando con ilusión”, sentenció.