El Gobierno de Israel retomó la guerra en Gaza en la madrugada de este martes, marcando el mayor ataque desde que se inició la tregua hace dos meses. Este nuevo asalto, que se considera una ruptura del alto el fuego, dejó un saldo trágico de al menos 402 muertos, según miembros del grupo terrorista de Hamás, que también reportan 562 heridos y numerosos desaparecidos.
La situación en el terreno es cada vez más crítica. "Un gran número de muertos no ha podido llegar a los hospitales hasta ahora debido a la dificultad de la situación humanitaria sobre el terreno y la paralización del sector del transporte por la falta de combustible en todas las provincias de la Franja de Gaza", denunciaron representantes de Hamás, enfatizando la escasez de recursos que ha empeorado desde que Israel restringió el acceso a la ayuda humanitaria.
Poco después de las dos de la madrugada, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, comunicó que había ordenado al Ejército actuar “enérgicamente contra la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza”.
Este ataque fue justificado por Netanyahu debido a la “reiterada negativa” de Hamás de liberar a los rehenes bajo su custodia y su rechazo a las propuestas de Estados Unidos sobre la extensión de la tregua.
El Ejército israelí hizo eco de estas declaraciones al manifestar que estaba llevando a cabo "amplios ataques contra objetivos terroristas pertenecientes a la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza".
Los bombardeos, que se dirigieron a varias localizaciones del enclave, afectaron a escuelas que albergaban refugiados y a zonas humanitarias, resultando en víctimas en áreas como Jan Yunis, Nuseirat, Al-Bureij, Jabalia y Ciudad de Gaza, según reportes de medios palestinos.
Simultáneamente, el Ejército israelí modificó las medidas de seguridad en las zonas limítrofes con Gaza, pasando de “completa actividad” a “actividad limitada”, lo que implica que se suspendieron las actividades escolares en esas áreas.
En respuesta a estos acontecimientos, Hamás acusó a Netanyahu de “torpedear” el acuerdo de cese al fuego y la liberación de rehenes, advirtiendo que estas acciones ponen en riesgo la vida de los secuestrados.
"Netanyahu y su gobierno extremista están tomando la decisión de revocar el acuerdo de alto el fuego, exponiendo a los prisioneros en Gaza a un destino desconocido", denunciaron desde el grupo terrorista.
Itamar Ben Gvir, exministro de seguridad nacional y líder del partido de extrema derecha Poder Judío, expresó su apoyo al regreso de las fuerzas israelíes a la guerra, afirmando que se trata de "el paso correcto, moral, ético y más justificado, para destruir la organización terrorista Hamás y devolver a nuestros rehenes".
Desde la Casa Blanca, se indicó que Israel había consultado con ellos antes de reanudar los ataques. "La Administración Trump y la Casa Blanca fueron consultadas por los israelíes sobre sus ataques en Gaza esta noche", aseguró la portavoz Karoline Leavitt.
Por su parte, Rusia alertó que los bombardeos israelíes recientes que dejaron más de 300 muertos representan "el comienzo de una nueva espiral de tensión" en Oriente Medio, generando preocupación sobre la escalada del conflicto en la región.
