El presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel participaron en el acto central por la semana de la Policía Federal que se realizó en la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la graduación de los cadetes de la Escuela Comisario General Juan Ángel Pirker, el presidente Milei aprovechó para saludar a todos los agentes y les pidió perdón por lo que según su mirada tuvieron que soportar durante los gobiernos del kirchnerismo: “Lamento los años de escarnio a los que fueron sometidos por hacer una de las cosas más honorables que puede hacer un ser humano que es estar dispuesto a dar la vida por otro”.
No terminó en estos dichos, si no que el mandatario profundizó: «Llegaron, incluso, al absurdo de liberar presos o castigar policías honorables, por el imperdonable delito de hacer bien su trabajo. Bueno, ellos se pasaron dos décadas defendiendo lo indefendible y tratando de hacernos creer que los delincuentes eran víctimas y nuestra Fuerza de Seguridad eran los victimarios.» Estos comentarios vienen tras las repetidas críticas al anterior gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en sus políticas con los presos y detenidos.
En el cierre de su discurso, dio su mirada antes los que cometen crímenes y delitos. «Por eso nuestra doctrina de seguridad es simple y está montada en tres pilares fundamentales, que cualquier argentino, de bien, comparte:
1) el que las hace, las paga, o sea, al delito hay que castigarlo siempre, así de simple, dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada.
2) el orden público es sagrado, no se puede secuestrar la calle y arruinarles la vida a todos los argentinos. Por eso, apenas asumimos, dijimos que el que corta no cobra, y bien que cumplimos, los piquetes son hechos del pasado.
3) los buenos son los de azul, los malos son los que delinquen, los que roban, los que matan. El Estado tiene que proteger a las víctimas y castigar a los victimarios; no proteger a los victimarios y abandonar a las víctimas.»