La policía brasileña detuvo este martes a un general retirado y ex alto cargo en el Gobierno de Jair Bolsonaro y otros cuatro uniformados acusados de planificar el asesinato, a finales de 2022, del entonces presidente electo, Luiz Inácio «Lula» da Silva, y de su vicepresidente, Geraldo Alckmin.
Además del general, que fue número dos de la secretaría general de la Presidencia, han sido arrestados tres tenientes coroneles y un policía federal, según informó esa fuerza.
La trama, parte de un intento de golpe de Estado para impedir el regreso de Lula al poder, también incluía la detención y posterior asesinato del juez Alexandre de Moraes, quien en ese momento presidía el Tribunal electoral y es miembro del Tribunal Supremo.
La revelación por parte de la Policía Federal de los planes de asesinato coincidió con el segundo día de la cumbre del G-20, que reunió en Río de Janeiro a los líderes de las principales economías del mundo. La policía realizó los cinco arrestos en varias ciudades brasileñas, incluida Río, donde las autoridades mantienen un amplio despliegue de seguridad con motivo del G-20 en las calles.
El general que trabajaba en Presidencia imprimió el plan para matar a Lula en el palacio de Planalto, donde despachan los mandatarios. Varios de los sospechosos pertenecen a un grupúsculo llamado kids pretos (chavales negros), formado por militares de la órbita bolsonarista entrenados en las fuerzas especiales.
La investigación policial señala que los sospechosos urdieron sus planes a partir de una reunión que se celebró en diciembre de 2022, el mes previo a la toma de posesión de Lula, en casa del militar retirado Walter Braga Netto, que fue ministro de Defensa con Bolsonaro.
Braga Netto es uno de los generales acusados por la policía hace meses de urdir un golpe de Estado. El expresidente ultraderechista es otro de los investigados por la trama y está sometido a medidas cautelares como la retirada del pasaporte y la prohibición de viajar al extranjero.
La acusación policial señala que los arrestados barajaron la idea de envenenar a Lula: «Para la ejecución del presidente Lula y teniendo en cuenta su vulnerabilidad de salud y sus frecuentes visitas a los hospitales, (sopesaron) la posibilidad de recurrir al envenenamiento o al uso de productos químicos para provocar un colapso orgánico». También elaboraron un amplio listado de armamento para llevar a cabo sus planes.