Luego de una semana sin sesiones por el Presupuesto 2025, y mientras se esperaba que este jueves a las 11 de la mañana se retomará el debate de la «ley de leyes», fuentes del oficialismo informaron que el encuentro de la Comisión de Presupuesto y Hacienda fue suspendido hasta nuevo aviso. El motivo, según comunicaron, se debe a problemas de agenda de los funcionarios del Poder Ejecutivo.

Con esto ya se completan dos semanas sin reuniones informativas relacionadas con el proyecto del Presupuesto General de la Administración Nacional para el ejercicio fiscal de 2025.. La última sesión de la comisión fue el pasado 24 de octubre. Frente a esto surgieron dudas respecto a los plazos que La Libertad Avanza había planificado para el tratamiento del presupuesto. Desde la oposición, distintos legisladores le dijeron al medio PERFIL que a diferencia de presupuestos anteriores, este proceso contaba con “pocas y espaciadas” reuniones y hasta protestaron porque el ministro de Economía, Luís Caputo, “ se resiste a venir a presentarlo”. Diputados opositores exigieron su presencia para explicar el rumbo económico. Los legisladores de Unión por la Patria, Germán Martínez y Cecilia Moreau criticaron la ausencia de Caputo y afirmaron que esto afectaba el análisis del presupuesto.

En el oficialismo algunos preveían un debate del presupuesto en el recinto de Diputados para la semana del 20 de noviembre, de modo que el Senado tuviera tiempo de tratarlo dentro de los plazos, y un diputado de La Libertad Avanza preveía el dictamen para esa semana y que la media sanción se debatiría el 27 de noviembre. Esto no va en línea con las últimas declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien afirmó que no habría sesiones extraordinarias. 

El tratamiento de la Ley de Presupuesto generó una intensa discusión con críticas tanto del oficialismo como de la oposición, en una contienda donde la cuestión del conflicto universitario es clave. El proyecto, impulsado por el gobierno de Javier Milei, establecía un objetivo de déficit fiscal cero y proyectaba una inflación anual del 18,3%, un crecimiento económico del 5%, y un dólar oficial de $1.207 para fin de año. 

El secretario de Hacienda, Carlos Guberman, defendió el presupuesto afirmando que en el mismo se destinaba un 80% de sus recursos a gastos sociales, previsionales y salarios públicos en el marco de una administración de las cuentas públicas que a su juicio es “racional e inteligente”.