A pocos días del comienzo del primer cuatrimestre académico, las universidades públicas argentinas enfrentan una crisis que amenaza con retrasar el inicio de las clases. Los gremios que representan a los docentes universitarios han declarado el estado de alerta y movilización debido a la ausencia de aumentos salariales por parte del Gobierno nacional. La próxima semana será decisiva para determinar posibles medidas de fuerza que podrían afectar a todas las instituciones de educación superior del país.
Durante la última semana, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y la CONADU Histórica llevaron a cabo un plenario de secretarios en el que se destacó la compleja situación que atraviesan los docentes universitarios. Ambas organizaciones coincidieron en que, sin respuestas concretas al atraso salarial y al insuficiente presupuesto asignado, no se puede garantizar el normal inicio del cuatrimestre. Francisca Staiti, líder de la CONADU Histórica, enfatizó: "En estas condiciones, sin respuestas al atraso salarial y al ahogo presupuestario, no se garantiza el normal inicio del cuatrimestre".
La CONADU Histórica ha convocado a un Congreso Extraordinario para el 12 de marzo, con el objetivo de debatir y establecer un plan de lucha masiva y unitaria para 2025. Por su parte, la CONADU se ha declarado en estado de alerta y movilización, estableciendo la emergencia salarial en las universidades nacionales. Durante esta semana, se realizarán consultas en todas las facultades para decidir si se inician o no las clases, y la resolución final se tomará el próximo 24 de febrero en un nuevo plenario convocado por la federación.
#ParitariaUniversitaria
¿Y LA RECUPERACIÓN SALARIAL❓Los docentes universitarixs necesitan el 47% de aumento para recuperar el poder adquisitivo de noviembre 2023.
0% es lo otorgado por el Gobierno Libertario Hasta Febrero 2025.#CONADU #SomosLaUniversidadPublica pic.twitter.com/EsMZPiC2NP
— CONADU (@PrensaCONADU) February 18, 2025
Los docentes universitarios exigen un incremento salarial mínimo del 34% para dar inicio al ciclo lectivo. Señalan que, durante el último año, sus salarios han quedado rezagados en aproximadamente un 100% en comparación con la inflación. Además, denuncian que en enero no se aplicó ningún aumento para el personal docente y no docente universitario, lo que agrava aún más la situación.
Los profesores universitarios están en alerta a causa de la ausencia de aumentos, paritarias congeladas y ajuste. Incertidumbre en el comienzo del cuatrimestre
La crisis actual se enmarca en una serie de medidas de austeridad implementadas por el gobierno del presidente Javier Milei, quien asumió el cargo en diciembre de 2023. Estas políticas han incluido recortes significativos en el presupuesto destinado a las universidades públicas, afectando tanto su funcionamiento como los salarios de los docentes. Según informes, el presupuesto universitario ha disminuido un 30% en términos reales desde la asunción de Milei, lo que ha generado una ola de protestas en todo el país.
En octubre de 2024, Milei vetó una ley que buscaba aumentar el financiamiento para las universidades nacionales, calificándola de "populista y demagógica". Este veto provocó manifestaciones masivas de estudiantes y docentes frente al Congreso en Buenos Aires, quienes exigían la anulación del veto y la restitución de los fondos necesarios para garantizar el funcionamiento adecuado de las instituciones educativas.
Víctor Moriñigo, presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), acusó al gobierno de buscar la "muerte por inanición" de la universidad pública, reduciendo su presupuesto al mínimo indispensable. Moriñigo destacó que las demandas actuales se centran en la actualización salarial del personal universitario y en la necesidad de mantener una educación pública de calidad.
En estas condiciones, sin respuestas al atraso salarial y al ahogo presupuestario, no se garantiza el normal inicio del cuatrimestre https://t.co/lnrSrKGYl2 pic.twitter.com/L1fpGuBkO3
— CONADU Histórica (@CONADUHistorica) February 14, 2025
La comunidad académica ha advertido sobre las consecuencias a largo plazo de estos recortes, incluyendo la fuga de talentos hacia el sector privado y el deterioro de la calidad educativa. Investigadores como Alejandro Nadra, de la Universidad de Buenos Aires, han señalado que la falta de financiamiento ha paralizado proyectos de investigación clave, afectando no solo a la comunidad científica sino también al desarrollo del país en áreas estratégicas.
Movilización estudiantil y apoyo social.
Los estudiantes han desempeñado un papel fundamental en las protestas contra las políticas de austeridad del gobierno. Han organizado ocupaciones de universidades, clases públicas en espacios abiertos y bloqueos de carreteras para visibilizar la crisis que atraviesa la educación superior. Estas acciones buscan no solo reivindicar los derechos de los docentes, sino también defender el acceso a una educación pública y gratuita, considerada un pilar fundamental en la sociedad argentina.
La situación actual representa uno de los desafíos más significativos para la administración de Milei y pone a prueba su capacidad para gestionar el descontento social creciente. Mientras las negociaciones entre los gremios y el gobierno continúan, la posibilidad de un inicio de clases normal en las universidades públicas sigue siendo incierta.
En este contexto, es crucial que las autoridades nacionales reconozcan la importancia de la educación pública superior y adopten medidas concretas para garantizar su sostenibilidad y calidad. La comunidad académica y la sociedad en general esperan respuestas que permitan superar esta crisis y asegurar el futuro de las próximas generaciones de estudiantes argentinos.