Horacio Giménez, hoy nombrado como reemplazo de Waldo Wolff en el ministerio de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es un ex comisario que ocupó el cargo de jefe de la Policía Metropolitana durante la segunda gestión porteña de Mauricio Macri.

Giménez asumió la conducción de la Metropolitana el 14 de diciembre de 2011, en reemplazo de Eugenio Burzaco. Había sido oficial de la Policía Federal, pero fue uno de los que decidió cambiar de fuerza porque ofrecían mejor sueldo y condiciones laborales en la jurisdicción porteña.

Al ser designado jefe de la Metropolitana fue marginado de la cúpula de la Policía Federal, donde era comisario general, por la entonces ministra de Seguridad nacional, Nilda Garré, y poco después pasó a retiro y se incorporó a la flamante fuerza de Mauricio Macri.

La carrera de Giménez comenzó en la escuela de Cadetes de la Policía Federal en 1972, a los 18 años. Tres años después, fue enviado a comisión a Tucumán, a la Escuelita de Famaillá. Hizo carrera también en el Ejército, donde fue reclutado por algunos meses.

Giménez no tuvo denuncias por actos de represión ilegal en la dictadura militar. En el gobierno de Raúl Alfonsín llegó a oficial principal y allí siguió escalando. Años después formó parte de la custodia de los vicepresidentes desde 2000 cuando ya era comisario.

Durante los gobiernos kirchneristas siguió ascendiendo hasta llegar a superintendente de Interior y Delitos Federales, hasta que Garré decidió la renovación de la Policía Federal, por lo cual saltó a la Metropolitana.

Como jefe de la Policía Metropolitana, Giménez, junto a otros funcionarios porteños, incluido el propio Mauricio Macri, sería procesado por un caso de represión en el Hospital Borda dónde fueron heridos unos 50 trabajadores y pacientes del neuropsiquiátrico. En 2016 fue sobreseído, aunque la apelación está en manos de la Corte Suprema de Justicia.