Ayer se realizó una marcha en el barrio porteño de Barracas, para pedir justicia por el crimen lesboodiante de Andrea Amarante, Pamela Cobas y Roxana Figueroa, muertas a manos de Justo Fernando Barrientos quien provocó un incendio en una habitación donde estaban las tres víctimas y una cuarta mujer, Sofía Castro Riglos de 49 años, quien permanece internada en el Hospital Del Quemado fuera de peligro. En la marcha y en redes sociales repudiaron al vocero presidencial, Manuel Adorni, quien al referirse al asunto en su habitual conferencia de prensa consideró que “la palabra lesbicidio no está registrada en el diccionario”.
Si bien Adorni rechazó el crimen, descartó encuadrarlo como “un atentado a determinado colectivo”, y durante la tarde ratificó esta postura al responderle a la diputada del Frente de Izquierda, Romina Del Plá en la red social X.
«Todo mi repudio a las declaraciones de @madorni. Hablamos de lesbicidio porque es un crimen de odio contra la comunidad LGBT y agravado por el ajuste y el recorte en presupuesto de genero que empeora las condiciones de vida de las disidencias», escribió Del Plá.
Adorni le respondió con una captura de pantalla de una búsqueda en la RAE sobre la palabra lesbicidio cuyo resultado dice: «La palabra lesbicidio no está registrada en el diccionario».
En la marcha, cientos de personas se reunieron en la Plaza Colombia y desde allí marcharon hacia el edificio de la calle Olavarría al 1600, donde Barrientos ejecutó el crimen, el pasado 6 de mayo.
El acusado permanece detenido pero todavía no fue indagado y se espera que el juez a cargo de la causa, Edmundo Rabbione, determine si es imputable o no.
“El crimen de odio fue por ser lesbianas, y por las condiciones precarias de vivienda. Con la promoción de discursos de odio y de sus políticas contra el acceso a la vivienda, el Estado es responsable”, señalaron desde el colectivo Ni Una Menos en sus redes sociales y agregaron: “Llamamos al fortalecimiento de la comunidad y al acompañamiento como forma de resistencia contra la violencia política y simbólica”. La movilización concluyó en el hotel del triple femicidio, donde se leyó una carta para pedir justicia.