La Cámpora se encuentra en el ojo de la tormenta. Desde los sectores tradicionales del Partido Justicialista hasta una línea interna del kirchnerismo creen que se debería aislar y desplazar de la centralidad en la toma de decisiones a Máximo Kirchner, líder de la agrupación, y entronizar al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, como nuevo jefe.
Hasta el 2023, La Cámpora funcionaba como el transmisor de las decisiones de de la ex presidenta Cristina Kirchner, la máxima autoridad y quien ordenaba para abajo a todo el movimiento político. Por eso, de acuerdo a lo que consigna la agencia de noticias Noticias Argentinas, había un gran respeto y hasta temor hacia la agrupación que comanda el hijo de la ex presidenta.
Pero al correrse Cristina de la política institucional en diciembre pasado, luego de que el kirchnerismo perdiera contra el ahora presidente Javier Milei, la sumisión interna a la figura de la ex presidenta comenzó a derrumbarse. Comenzaron a hacerse más visibles las diferencias, si bien el liderazgo de Cristina se sigue respetando por su trayectoria.
Según consigna el periodista Sebastian Hadida, de Noticias Argentinas, solo algunos pocos de su entorno sabían que la entonces vicepresidenta nunca había considerado ser candidata, pero igual dejó correr el clamor para “empoderarse y poder quedarse con la lapicera para llenar con camporistas la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires”. Ese juego puso furiosos a los cuadros de la segunda línea kirchnerista, quienes se sintieron usados durante la campaña, y que debieron aceptar la candidatura del ex ministro de Economía, Sergio Massa, cosa que no les agradó mucho.
Decepcionados con las últimas acciones e inacciones de Cristina Kirchner, esta línea del kirchnerismo opositora a La Cámpora busca entronizar a Kicillof como posible nuevo conductor del movimiento peronista, sin condicionamientos de La Cámpora.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Pcia. de Buenos Aires bonaerense, Andrés «Cuervo» Larroque, quien rompió relación con La Cámpora y con Máximo Kirchner hace casi dos años, es el principal exponente de este cambio de bando, pero no es el único: también están el diputado nacional Hugo Yasky de la CTA de los Trabajadores, pasando por los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Julio Alak (La Plata) y Fernando Espinoza (La Matanza), el exministro de Obra Pública Gabriel Katopodis, y el dirigente del Suteba, Roberto Baradel.
El sábado pasado, en un discurso que dio durante un acto en San Vicente, Larroque señaló que «cualquiera que ose murmurar, conspirar o sembrar cuestionamientos extraños» contra Kicillof «está en una joda rara y no está jugando a favor del peronismo», y en esa línea cuestionó la forma en la que Cristina Kirchner ejerció la conducción en los últimos años, apelando a figuras de La Cámpora “como emisarios para disciplinar al resto del peronismo K”.
«¿Qué significa la conducción de Cristina? ¿Qué es la conducción de Cristina? ¿Que tres ñatos te manden un WhatsApp? Yo no quiero esa conducción de Cristina, quiero la conducción con movimiento popular, cuadros auxiliares de conducción, mesas de discusión, con debate, con programa, con método y movilización», disparó Larroque. Acto seguido, ponderó a Kicillof, a quien calificó como “un compañero honesto, trabajador, que sabe gestionar, que es empático con la gente y demostró ser exitoso en las elecciones», señaló.
La respuesta de La Cámpora no se hizo esperar, a través del senador nacional Mariano Recalde, quien negó que La Cámpora esté oponiéndose a Kicillof. «No entiendo cuando el Cuervo Larroque dice que hay un compañero que anda en una cosa rara, pensé que hablaba de Guillermo Moreno, que es el que cuestiona a Axel todo el tiempo», manifestó Recalde, quien afirmó que «nunca» vio a «un compañero del kirchnerismo cuestionando a Axel» y en cambio advirtió que «el que cuestiona a Cristina anda en algo rarísimo». “Me parece extraño que Larroque cuestione sus métodos. No es a través de WhatsApp, como él dice», dijo además.
Varios dirigentes kirchneristas salieron en defensa del ministro de Kicillof, como Mario Secco, quien manifestó que «cualquiera se calienta» cuando «un cuatro de copas manda un mensajito».
«No es bueno que Cristina mande mensaje por Whatsapp a través de otros compañeros, eso te hace calentar», machacó el mandatario municipal. «Muchas veces los que rodean a Cristina terminan haciendo pelotudeces», puntualizó. También criticó a La Cámpora por especular con movilizar solamente cuando el gobierno «explote». El intendente de Ensenada afirmó que esa estrategia de «estar guardados no sirve», y ponderó la actitud de Kicillof quien, según la perspectiva de Secco, le está «poniendo el cuerpo» a la gestión todos los días sin ocultarse.
En la misma sintonía, Yasky opinó que «hay que dejar de hablar desde las catacumbas y los vips», en referencia a La Cámpora. «No podemos dejar de reconocer que emergen figuras como las de Axel Kicillof, y no nos podemos dar el lujo (como dice Larroque) de desgastarnos nosotros mismos. Y si hay críticas para hacer que se hagan en los ámbitos para discutirlo», agregó.
Mientras que un sector del bloque que preside Germán Martínez propone pedir una sesión especial en la Cámara de Diputados para intentar voltear el DNU 70 que ya recibió el rechazo del Senado, La Cámpora prefiere no sumarse a una maniobra por la cual los adversarios tengan elementos para tildarlos de «golpistas» o «desestabilizadores».