Pablo Grillo, el fotógrafo que recibió un disparo de gas lacrimógeno por parte de un gendarme, mostró signos de mejora tras su internación en el Hospital Ramos Mejía. Su papá, Fabián Grillo, expresó su alegría al revelar que su hijo ya se comunicó con él, diciendo: "Hola viejo". La emoción fue palpable y Fabián estuvo ansioso por charlar con los medios sobre el estado de Pablo.

Durante una conversación con la prensa, Fabián contó que Pablo reaccionó a estímulos y los médicos evaluaron la posibilidad de quitarle el respirador. "Hoy renacimos ambos", enfatizó el padre, al mencionar que su hijo ya pudo mover las manos y abrir los ojos cuando se lo pidieron. Aunque se mostró optimista, Fabián reconoció que la situación de Pablo continuó siendo delicada.

En medio de la atención puesta en Pablo, surgieron interrogantes sobre el gendarme responsable del disparo. Se trató de un cabo primero apellidado Guerrero. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, defendió al gendarme y dejó la comunicación con la familia Grillo en manos de Jorge Macri, quien negó cualquier vínculo del PJ o el kirchnerismo con la protesta del miércoles pasado.

Bullrich manifestó su primera muestra de solidaridad en una conferencia de prensa sobre el suceso, aunque sus afirmaciones justificaron el accionar del gendarme. La presión sobre la ministra incrementó tras las revelaciones sobre el disparo, mientras su equipo anunció la realización de un informe interno, lo que generó sospechas de que intentaron frenar el avance de la investigación.

La próxima protesta, que contó con más asistentes que la anterior, llevó camisetas argentinas y azules, lo que evidenció que la situación pudo intensificarse aún más. A su vez, la versión oficial continuó minimizando lo sucedido, sostuvo que Grillo se encontró en un lugar comprometido y que no tuvo identificación como reportero gráfico. Sin duda, el clima político y social se tornó cada vez más tenso con cada nuevo día.