El ex ministro de Economía durante la década del 90’s, Domingo Cavallo, criticó fuertemente el programa económico de Javier Milei, asegurando que el tipo de cambio está atrasado en un 20%, apreciación que juzgó como “parecida” a la que existió durante los últimos años de la convertibilidad, previo a su colapso.
“Existe una apreciación real exagerada del Peso que puede estimarse en alrededor del 20%. Parecida a la que existió en los tres años finales de la convertibilidad, apreciación real que llevó a una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica, fenómeno que comenzó a erosionar el crédito internacional del país y a alentar la salida de capitales”, dijo Cavallo en su blog.
En esa línea, Cavallo criticó el argumento del presidente Milei, quien defiende su modelo asegurando que a diferencia de aquel momento, hoy no hay déficit fiscal, situación que fortalecería el esquema económico ya que no sería necesario emitir pesos ni tomar deuda.
“El argumento de que la recesión iniciada a fines de 1998 y la depresión del período 1999-2001 se debió además a la existencia de fuertes déficits fiscales, no se sustenta en los datos”, dijo Cavallo, quien desarrolló: “Hasta 1998 el déficit fiscal no existió o fue muy bajo. En todos esos años existió superávit fiscal primario”.
Si bien el economista reconoció que “es cierto que desde 1997 en adelante las provincias aumentaron mucho su gasto público y financiaron sus déficits con créditos bancarios a altas tasas de interés flotantes” explicó que “tanto en el caso de la Nación como en las provincias, el aumento exponencial del déficit se debió a la suba de la tasa de interés a medida que el país iba perdiendo el crédito internacional, algo que tuvo más que ver con la pérdida de competitividad de la economía que con la evolución de las cuentas fiscales”.
Según Cavallo, “aun incluyendo el fuerte aumento de la factura de intereses sobre la deuda pública, el gasto público total se ubicaba en 2001 por debajo del 30% del PBI, cuando hoy aún está por arriba del 35%”.
Para el ex ministro de economía de Carlos Menem, figura en la que el gobierno libertario se referencia, los efectos reales de una apreciación exagerada son:
Cavallo detalló que los efectos reales de la apreciación exagerada del peso son:
“1) aumentarán las importaciones no solo de insumos y bienes de capital sino también de muchos bienes finales que sacarán de competencia a la producción nacional que no logre aumentos rápidos de productividad.
2) se desalentará la producción de bienes exportables, tanto del sector agropecuario como de la industria manufacturera y los servicios.
3) el deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos, hará más difícil la adquisición por parte del Tesoro de los dólares para pagar intereses, aun teniendo los pesos necesarios para comprarlos en el MULC gracias al superávit fiscal primario”.
Cavallo recomendó la “eliminación temprana de las restricciones cambiarias comenzando por las financieras y avanzar hacia la reunificación en no más de tres meses, anunciando en detalle el funcionamiento del sistema de competencia de monedas con plena autorización para la intermediación financiera tanto en pesos como en dólares”.
“En este caso, el tipo de cambio nominal podría ubicarse a un nivel que induzca la entrada de capitales que el Banco Central debería comprar con recursos del Tesoro para pagar los intereses de la deuda en dólares”, añadió el ministro, quien opinó que si bien la salida del cepo provocaría un salto cambiario, eso “no tendría por qué interrumpir el proceso de desinflación”.
Según el economista, si bien este rumbo que propone no parece imposible, “los temores del equipo económico sobre la volatilidad cambiaria los ha convencido de postergarlo hasta que concluya la negociación con el FMI y se consigan fondos frescos adicionales”.
En el caso de que el gobierno no quiera tomar estas decisiones antes de las elecciones de este año, Cavallo consideró que se podrían tomar medidas paliativas como:
“1) reducir las retenciones y aumentar los reembolsos a las exportaciones.
2) reducir transitoriamente los aportes patronales jubilatorios para aliviar el costo laboral sin afectar los salarios de bolsillo de los trabajadores. El costo fiscal de estas medidas será compensado con creces por su efecto anti recesivo”.
“Es natural que las decisiones se adopten teniendo muy en claro cuál puede ser el efecto sobre el resultado electoral del próximo octubre. El apoyo popular es fundamental para que la reforma económica que lidera el presidente Milei tenga éxito”, dijo Cavallo a modo de conclusión.