La segunda ola llegó a nuestro país, las primeras vacunas también. Sin embargo parece ser que el número de contagios sube en ascensor mientras que el de vacunas lo hace por escalera. Ante este panorama adverso, el gabinete de Alberto Fernández sigue tratando de cerrar acuerdos para abastecer al sistema sanitario con las vacunas necesarias para lograr la meta de inmunizar a 15 millones de personas para fines de marzo. La primera semana de enero termina con casos diarios que promedian los 13 mil contagios y con el inicio de posibles restricciones nocturnas. Es claro que el rebrote llegó mucho antes de lo que se esperaba hace un mes cuando se especulaba con la posibilidad de que en marzo comenzara la segunda ola.
El (des)abastecimiento ruso
La primera, y única, opción por el momento es la vacuna Sputnik V. Sin embargo, los retrasos en la llegada de las 300 mil dosis faltantes para completar el esquema de vacunación del primer lote llegado en diciembre no facilitan las cosas. Se estima que el arribo de estas vacunas, de acuerdo a una fuente gubernamental citada por Clarín, será entre el 14 y 20 de enero. Una fechas límite si se tiene en cuenta que la 2da dosis de la vacuna rusa debe aplicarse 21 días después de la primera.
Esto evidencia el mayor problema que presentan las vacunas del Instituto Gamaleya hasta el momento: los constantes retrasos a la hora de su llegada. A inicios de noviembre se confirmó la compra de 25 millones de dosis, es decir, 12,5 millones de vacunas. En ese momento el presidente Fernández aseguraba que las primeras 10 millones de dosis llegarían en diciembre y las 15 millones restantes lo harían en enero. Actualmente el panorama es otro. Se estima que para fines de enero, además de las 300 mil dosis que llegarían en la segunda quincena, deberían llegar 4,7 millones de dosis extra. Las mismas estarían compuestas por 3,7 millones de la primera dosis y el millón restante de la segunda dosis. Sin embargo, todavía ningún comunicado oficial ha confirmado esto.
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La razón detrás de esto podría tener una explicación: la dificultad en Rusia para fabricar las segundas dosis de la vacuna. Así lo cree la médica patóloga Marta Cohen. Consultada por #BORDER al respecto, la experta radicada en Reino Unido aseguró que el laboratorio ruso tiene “dificultades para conseguir los componentes necesarios para producir las vacunas con el Adenovirus 5”.
Cohen explicó que la Sputnik funciona a través de dos dosis, la primera utiliza un vector llamado Adenovirus 26 mientras que la segunda dosis utiliza un vector de nombre Adenovirus 5. Ambos llevan los mismos antígenos virales del Covid-19 pero “engañan” al sistema inmunológico para que la respuesta ante el segundo vector sea mucho más fuerte y permite la inmunidad contra el virus. En este sentido, la experta consideró que dicha escasez de insumos para fabricar el segundo adenovirus es el que fomentó al Instituto Gamaleya a trabajar junto a Oxford en una serie de ensayos en conjunto para combinar las dosis de AstraZeneca y Sputnik en busca de una vacuna que genere mayor inmunidad.
De mecanismos similares a los que usa la vacuna rusa, la de AstraZeneca también utiliza dos vectores con antígenos de Covid-19, sin embargo, el adenovirus de la segunda dosis no es de humano, sino de chimpancé: “Entiendo que lo que van a tratar de hacer es combinar el Adenovirus 26 para la primera dosis y el ChAdOx1 (el adenovirus de chimpancé) en la segunda”, conjeturó la experta. Teniendo en cuenta la similitud con la vacuna de Oxford, cuya materia prima se fabrica en nuestro país, y la posible escasez de insumos en Rusia para producirla, a fines del mes pasado el director ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kirill Dmietriev, aseguró que existen planes para «desplegar desde el segundo trimestre de 2021 la producción (de la Sputnik V) en Argentina». Sin embargo, desde el Ministerio de Salud se negaron a confirmar esos dichos del funcionario extranjero.
Los problemas con Pzifer
El conflicto con Pfizer es otro de los temas que le ha dado dolores de cabeza al Gobierno en relación a la adquisición de vacunas. Fue la semana pasada cuando el presidente Fernández se quejó ante los medios sobre la cuestión y aseguró que desde la farmacéutica norteamericana “terminan exigiendo cosas que ninguna otra vacuna ha exigido”. En este sentido, el médico sanitarista y asesor del gobierno de la provincia de Buenos Aires, Jorge Rachid, fue muy crítico con el laboratorio norteamericano y aseguró a #BORDER que Pfizer “pidió una ley” en donde figuraban “bienes embargables de cualquier tipo” entre los que remarcó dos: glaciares y petróleo. La dicha ley fue rechazada, aparentemente, por el gobierno nacional.
Además de eso, otro de los inconvenientes que sigue dificultando las negociaciones con la multinacional es la cuestión de la logística. La vacuna de Pfizer requiere de dos dosis que deben almacenarse a 70 grados bajos cero, lo cual requiere de supercongeladores que en nuestro país escasean.
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De acuerdo a Rachid, el laboratorio extranjero exige que se transporten las vacunas únicamente a través de empresas de transporte de su propiedad, encareciendo aún más los costos de una vacuna que ya cuesta 20 dólares la dosis, en comparación a los 3 dólares que cuesta la de Oxford-AstraZeneca. Una gran diferencia sobre todo si se tiene en cuenta que el acuerdo con Pfizer sería por 750 mil vacunas, a diferencia del acuerdo con AstraZeneca que es por 11 millones de vacunas.
Las vacunas chinas
Otras de las opciones por las que Alberto Fernández apuesta fuerte son las vacunas del gigante asiático. China actualmente cuenta con cuatro laboratorios con vacunas en fase tres: Sinopharm, Sinovac, CanSino y Sinopharm-Wuhan. Dos de ellas incluso fueron probadas en suelo argentino.
La vacuna de Sinopharm se testeó en la Fundación Huésped en un ensayo que incluyó a 3 mil voluntarios. Por otra parte, la vacuna CanSino ocupa su lugar actualmente en la Fundación en un estudio que se lleva adelante con 8 mil voluntarios.
De acuerdo a Omar Sued, asesor del gobierno nacional y presidente de la Fundación Huésped, la vacuna CanSino que se está probando actualmente en sus instalaciones comparte con las vacunas Sputnik y AstraZeneca el uso de adenovirus. Sin embargo, a diferencia de ellas, solo requiere una dosis y puede almacenarse a una temperatura de entre 2 y 8 grados. “La expectativa es que muestre una respuesta inmune positiva en el 95 por ciento de las personas a los 14 días de vacunación. Si esto se sostiene en el tiempo y si previene el contagio va a ser una información muy importante para solicitar su autorización de emergencia al ANMAT”, detalló el especialista al respecto.
Sin embargo, las vacunas de CanSino todavía están lejos de estar disponibles para utilizarse para una vacunación masiva. Mientras tanto, el gobierno argentino negocia con el gobierno de Xi Jimping la compra de dosis de Sinopharm y Sinovac.
Para Rachid está “prácticamente confirmado” el acuerdo con Sinopharm por un primer envío de “un millón de dosis” para fines de enero que formen parte de una compra mayor de 15 millones de vacunas. Sin embargo, el gobierno argentino no descarta la adquisición de las CoronaVac que fabrica Sinovac en los laboratorios que instaló en San Pablo, Brasil.
Postales de la vacunación en el mundo
Israel parece haberse convertido en el país modelo al momento de llevar adelante tu plan de vacunación. A un ritmo de 150 mil vacunados por día el país de 9 millones habitantes ya consiguió inmunizar al 20 por ciento de su población, un porcentaje que ningún otro país del mundo está cerca de alcanzar en lo inmediato. Aunque el país no está exento de controversias debido a la negativa de vacunar, por el momento, a la población de origen palestino.
El caso del Reino Unido es diferente. De acuerdo al testimonio de Cohen, que reside en Londres, el gobierno británico “viene cumpliendo con las metas de vacunación” propuestas y ya han vacunado a más de dos millones de habitantes. Sin embargo, el panorama se empeoró en los últimos días y el primer ministro, Boris Johnson, declaró la alerta de nivel 5 junto con el confinamiento obligatorio ante la posibilidad real de que el sistema sanitario colapse por el rebrote de casos.
La razón del aumento de los contagios durante las últimas semanas parece explicarse luego de un descubrimiento inquietante en las islas británicas: una nueva variante del Covid-19 con un nivel mucho más alto de contagio que las conocidas hasta el momento. “Las próximas semanas serán muy duras”, se lamentó el mandatario europeo.
Ante ese panorama adverso, el gobierno británico dispone de las vacunas Pfizer que viene utilizando desde el 3 de diciembre, cuando inició su plan de vacunación entre el personal de salud y ancianos mayores de 80 años. Sin embargo, no son suficientes y ante la necesidad Reino Unido decidió aprobar el uso de la vacuna de Oxford-AstraZeneca sin haber esperado los resultados finales de la fase 3.
Otro de los cambios sobre la marcha que implementaron fue la utilización de un nuevo esquema de las inyecciones, diferente al utilizado en los ensayos, el cual aparentaría ser más efectivo que el sistema original. A pesar de lo sorpresivo de la medida, Cohen aseguró que el cambio no generó “ninguna controversia” en Gran Bretaña.
Estados Unidos parece ser el que más dificultades presenta de los tres al momento de administrar sus vacunas. De la 20 millones de personas que el gobierno de Donald Trump prometió vacunar para el 31 de diciembre, solo 4 millones han recibido la vacuna, es decir, el 1 por ciento de la población norteamericana.