Fue un mediodía intenso en Ramallo. Daniel Scioli (Buenos Aires), Antonio Bonfatti (Santa Fe) y Juan Manuel de la Sota (Córdoba) inauguraron Expoagro 2014 en un clima tenso, con los maestros bonaerenses en la puerta del predio en Ramallo, listos para espetarle su bronca al bonaerense la falta de acuerdo salarial. La sangre no llegó al río por el fuerte operativo de seguridad.
DOS tuvo que cambiar de pista para aterrizar su helicóptero y se lo vio con cara de pocos amigos, aunque con la tradicional caminata por la muestra se fue relajando y hasta terminó hablando para el público del Momo Venegas, alabando al campo junto a Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, y tirando algún misil por elevación a la política nacional para el agro.
Poco antes de esas palabras (cuatro veces se negó a agarrar el micrófono que le tendía el anfitrión Venegas) un golpe con el carrito que lo trasladó hasta «La matera» le dejó una marca sangrante en la frente. Luego de esas palabras, saludó, habló con la prensa, y salió airoso a pesar de los contratiempos. José Aranda, CEO del Grupo Clarín, observaba todo desde el fondo, con una sonrisa de punta a punta, mientras las del diario Clarín y La Nación flameaban entre campos de trigo y soja.
Fue, tal como adelantamos el lunes, una reunión de los principales grupos antagónicos al gobierno de CFK: el campo, los medios opositores, y el enemigo íntimo, Daniel Scioli, que no para en su desenfrenada carrera por ganar la punta para ser «el» candidato peronista en 2015. Con esta desafío mayúsculo, habrá que ver si puede.
Por detrás de la línea principal (los tres gobernadores firmaron un convenio de cooperación agrícola ganadero), se mostraron muy activos los funcionarios de la provincia como el ministro de Agricultura Topo Rodríguez, y el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, parte del think tank del Gobernador, que presentó una línea de créditos para el campo a tasa cero por 270 días.
La muestra del campo sigue hasta el sábado, pero lo más importante ya pasó. Ahora Scioli recibirá el tirón de orejas de parte de algún funcionario del Gobierno Nacional, que no le perdonará este codeo con los enemigos del proyecto. Y luego se verá la pelea de largo aliento, con el candidato del riñón que elija Cristina (¿Uribarri? Kicillof? ¿Randazzo?).
Scioli, sin embargo, sigue en su tesitura de recorrer el país para sumar adeptos a su proyecto presidencial, sin tirar palos al kirchnerismo. Es difícil que con este tenor de exposición no le llegue el reto, el recorte de fondos, y por qué no, las operaciones. Cristina, cuando se enoja, es de temer. Y hoy Scioli la desafió.