Se da en el Senado, tras la renuncia de Fayt al máximo tribunal. Suspicacias entre la UCR y Adolfo Rodríguez Saá. El FpV tanteó el terreno, pero aguarda paciente.
Algunos de los senadores de la oposición charlaron en los últimos días sobre la posibilidad de ratificar el acuerdo público que firmaron el año pasado para rechazar a cualquier candidato a juez de la Corte Suprema hasta después del cambio de Gobierno. Es decir, a cualquiera que proponga la presidenta Cristina Kirchner.
Un senador de la UCR confirmó a #Borderperiodismo que si bien hasta ahora no hay una decisión tomada al respecto, esa posibilidad circuló. ¿Por qué ahora? Por varios motivos: el inesperado anuncio de Fayt es uno y el otro es que algunos creen que Rodríguez Saá podría empezar a negociar con el oficialismo antes del cambio de Gobierno -incluso de las elecciones presidenciales del 25 de octubre- la ocupación de la dos vacantes que se abren en la Corte
El acuerdo que firmaron todos los senadores de la oposición le impidió al FpV alcanzar los 48 votos (dos tercios de la Cámara) requeridos para aprobar el nombramiento de un magistrado, dado que necesita las manos de algunos opositores para llegar a ese número. Así bloquearon a Roberto Carlés, propuesto por la Presidenta para reemplazar a Raúl Zaffaroni, que renunció en diciembre. Pero con el alejamiento de Fayt, que se hará efectivo el 11 de diciembre próximo, se abre otro panorama.
En el radicalismo desconfían de la posibilidad de que Rodríguez Saá, jefe del Interbloque Federal abra una negociación anticipada con el oficialismo con un ojo puesto en la vacante que dejará Fayt. Según fuentes opositoras consultadas por este medio, algunos escucharon al puntano decir que ahora, con la decisión del juez más longevo del tribunal, «las circunstancias cambiaron». Y recientemente, él mismo dio a entender que no hay inconvenientes en empezar a conversar el tema.
Ocurre que el bloque de la UCR, presidido por el jujeño Gerardo Morales, se mantiene firme en la postura de no discutir la aprobación de un candidato para la Corte hasta después del cambio de Gobierno o al menos de las elecciones presidenciales que definirán al sucesor de Cristina Kirchner. Si se ratificara el acuerdo opositor del año pasado, todos quedarían dentro de ese límite, incluido “el Adolfo”.
El bloque oficialista, que preside Miguel Ángel Pichetto, tanteó los ánimos de la oposición para ver si se podía empezar a negociar la aprobación de los reemplazantes de Zaffaroni y Fayt. Hasta ahora, recibió una respuesta negativa. Pero habrá que ver cuánto dura.
El dibujo táctico del Senado, la clave
Si el FpV obtuviera en octubre más o menos el mismo resultado que en las PASO (y las encuestas indican que así será), su bloque quedaría apenas a 5 votos de los 48 que necesarios para nombrar a un juez. Y aunque la UCR tiene más votos que el Interbloque Federal, ambos están en condiciones numéricas de ponerlos. Pero Rodríguez Saá bien podría ganarles de mano.
Si el puntano lograra abroquelar a los siete senadores que lo acompañan en su interbloque (la mayoría de ellos, con juego propio en sus provincias y en el plano nacional) podría abrir una negociación anticipada con la bancada que encabeza Pichetto.
El problema es que el Poder Ejecutivo no retira el pliego de Carlés, que para “el Adolfo” es el límite. Y probablemente no lo haga mientras Cristina Kirchner esté en el Sillón de Rivadavia. Con las cosas así, el Senado tendrá que esperar a ver si el próximo Presidente.
Pero no sería imposible que Rodríguez Saá encare una negociación con Pichetto, leal a la candidatura presidencial de Scioli, para que el favorito en las encuestas le sugiera con anterioridad al 10 de diciembre un nombre que suplante el de Carlés. Cada uno propondría un nombre y ahí empezaría la negociación. Entre peronistas.
Entra a jugar aquí la versión que circuló en los últimos días sobre la supuesta intención del senador puntano de impulsar la candidatura para la Corte de Liliana Negre de Alonso, su compañera de fórmula presidencial, comprovinciana y mano derecha en la Cámara alta.
Ese escenario teóricamente posible hace que todos miren a Rodríguez Saá desde que se supo que Fayt dejaría un nuevo hueco en el máximo tribunal. De todas formas, en la práctica no todo es tan sencillo: la opinión del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, también tendrá su peso y el bloque del FpV tendrá más fuerza pero también muchas caras nuevas, más ligadas al cristinismo puro. Muchas X por despejar todavía.
Mientras tanto, en las filas de la oposición, germina una disputa.