Un documento filtrado al que accedió #BORDER demuestra que a los congoleños les vendieron máquinas pensadas para el Gobierno argentino. Manuales para completar con DNI, nombres de candidatos muy suspicaces y ¿boletas porteñas? ¿El Gobierno argentino intentó simular una licitación?
Ya habíamos documentado los vínculos establecidos entre la empresa surcoreana Miru Systems Co. y el gobierno argentino —que este último intentó ocultar infructuosamente—, la denuncia de la existencia de un prototipo surcoreano en el Ministerio de Modernización y los sugestivos parecidos entre el sistema de «boleta única electrónica» con el que un cuasi-dictador convocará a elecciones en la República Democrática del Congo y el sistema propuesto por el presidente Mauricio Macri para las elecciones nacionales de la Argentina. También te contamos sobre las repercusiones de esa nota, que llegaron al New York Times y al Washington Post.
Ahora tenemos más pruebas. Accedimos a un documento filtrado por el grupo de investigación estadounidense The Sentry que aporta nueva evidencia a las sospechas de que el sistema de voto electrónico que debutará en diciembre en el país africano había sido diseñado originalmente para el nuestro.
El documento filtrado
The Sentry es una iniciativa cuyo objetivo es, según su propio sitio web, «desmantelar las redes de perpetradores, facilitadores y habilitadores que financian y se benefician de los conflictos más letales de África» (ver adenda al final). Preocupados por la situación institucional de la República Democrática del Congo, y alertados por la nota publicada por #BORDER, se comunicaron con nosotros poniendo a disposición un documento técnico elaborado por la empresa surcoreana Miru Systems para la autoridad electoral congoleña entre julio y agosto de 2017. Dicho documento fue filtrado y no puede ser publicado íntegramente para resguardar la integridad de la fuente, pero obtuvimos la autorización para publicar partes de él.
En base a esa y otra información, The Sentry publicó un informe sobre las máquinas de votación del Congo (en inglés y en francés) y al día siguiente de su publicación el Departamento de Estado de los EE.UU. dio de baja las visas de varios funcionarios del gobierno congoleño, por sospechas de fraude electoral.
Del análisis de esa nueva documentación surgen pruebas sobre la ruta hacia la Argentina.
Análisis del documento
Al examinar el documento filtrado por The Sentry, además de confirmar las similitudes entre las máquinas de votación vendidas por Miru a la República del Congo y la llamada «boleta única electrónica» de la Argentina, lo primero que llamó nuestra atención en la descripción técnica fue el tamaño de las pantallas. En el plenario de comisiones del Senado de la Nación, el por entonces director de País Digital del Ministerio de Modernización, Raúl Martínez, había dicho «estamos yendo a una pantalla de 21,5 pulgadas».
Aún reconociendo en esa oportunidad que todavía no tenían definido cómo serían las máquinas de votación —el Congreso aún no había aprobado el proyecto de ley— y que no podía ni siquiera estimar los costos, Martínez podía precisar el tamaño exacto de las pantallas —21,5 pulgadas no es una medida genérica, como 20 o 22. Y casualmente, según el documento de Miru, ese resulta ser el tamaño de las pantallas de las máquinas enviadas al Congo:
En la nota anterior mostramos que los primeros prototipos entregados por Miru al Congo tenían en su chasis el logotipo de RFID, la tecnología utilizada en los chips de las «boletas únicas electrónicas» de la Argentina. Una fuente congoleña afirmó que inicialmente el sistema fue ofrecido con chips RFID y luego fueron reemplazados por códigos QR impresos en las boletas, debido a una cuestión de costos. Las imágenes del documento filtrado también incluyen en logotipo inicial:
El documento está escrito principalmente en francés, con algunos títulos en coreano y algunos pocos textos en inglés. Por eso llamó la atención ver lo siguiente en las pantallas de ejemplo de las máquinas de votación:
Claramente puede leerse en los botones la palabra «seleccionar». Resulta curioso que alguien de una empresa surcoreana haya elegido una palabra en español para la elaboración de un documento dirigido a gente de un país que habla en francés. Pero algunas páginas más adelante encontramos otra rareza:
Esta es la pantalla en donde los técnicos deben introducir sus datos personales. La palabra inglesa «name» significa «nombre», pero la sigla DNI no tiene ningún significado pertinente ni en coreano ni en francés. En la Argentina es instantáneo pensar en el Documento Nacional de Identidad, cuyo equivalente congoleño es la «carte nationale d’identité», cuyas siglas son CNI.
Pero los editores cometieron un descuido: incluyeron imágenes en el documento superponiéndoles otros objetos como cuadros de texto, con la intención de ocultar algunas partes, sin saber que luego podrían volver a extraerse las originales. Por ejemplo, en el documento aparece una imagen que se ve de la siguiente forma:
Mediante el simple procedimiento de copiarla y pegarla en un programa de edición de imágenes, puede recuperarse la original usada como base:
Los apellidos de los candidatos usados en esta pantalla de ejemplo son reveladores:
Fernández, Carrió, Massa, De la Sota (con nombre completo), Stolbizer, Del Caño, Altamira, Saá. Y hasta un “Víctor” y un “Gennaro”, sin el “De”. Todos apellidos de candidatos a las elecciones PASO presidenciales de 2015 en la Argentina. Cuesta imaginar por qué un surcoreano los usaría como ejemplo en un documento destinado a congoleños. Y la parte derecha de la imagen también muestra algo curioso:
Como es evidente, el redactor no dominaba el idioma, pero la audiencia de la imagen original —quizás utilizada en alguna versión anterior del documento— era hispanohablante. Y la categoría de «leídos por un problema técnico», aunque mal escrita, recuerda a la que se agregó en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires en el año 2015 para aquellos chips que la computadora de votación no pudo leer y contabilizar. Aquí podemos ver un acta de prueba de ese sistema:
En efecto, para la elaboración de este documento parecen haberse basado en el sistema de «boleta única electrónica» de la empresa argentina Grupo MSA. Esto es evidente analizando una imagen que en el documento puede verse como sigue:
Encontramos que la imagen original usada como fondo es ésta:
Es decir, la imagen incluida en el documento de la empresa surcoreana Miru destinado al Congo es la de un acta de apertura de mesa como la utilizada en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires en el año 2015:
Junto a los elementos y datos reunidos previamente, este análisis pone en evidencia no sólo que el sistema surcoreano fue fuertemente inspirado por el de la empresa argentina Grupo MSA, sino que —quizás en una versión anterior a la destinada al Congo— la documentación técnica fue elaborada para la Argentina.
Además, la información incluida en el documento filtrado respecto del hardware y las versiones de software muestra que la tecnología utilizada en las computadoras de votación de Miru Systems es anterior al año 2017. Esto refuerza aún más la idea de que el Gobierno argentino ya había acordado con la empresa surcoreana la adquisición de sus máquinas en julio de 2016, cuando el proyecto de reforma electoral que permitiría utilizarlas apenas estaba en tratamiento en la Cámara de Diputados y sin licitación previa o, al menos, con un intento de simular una, con un adjudicatario predeterminado. Si este fuera el caso, resta saber si las máquinas fueron construidas en dicha oportunidad y quién financió esa inversión.
Actualmente la organización A-WEB, de la que forma parte la Dirección Nacional Electoral argentina, y la empresa Miru Systems se encuentran siendo investigadas bajo la sospecha de realizar negocios con distintos gobiernos evadiendo los procesos de licitación. Y organizaciones como The Sentry se encuentran siguiendo las pistas del negocio de ambas en la República Democrática del Congo. Habrá que ver si detrás de toda esa trama surgen nombres de empresarios o funcionarios argentinos.
Adenda: Sobre The Sentry
Cofundado por el actor George Clooney y el activista John Prendergast, The Sentry es un grupo de investigación integrado por especialistas forenses financieros, analistas de políticas y expertos regionales que siguen el dinero sucio y centrándose en las redes transnacionales corruptas responsables de los conflictos más letales en África.
Tomando como punto de partida una nota publicada por BorderPeriodismo y basándose en documentos técnicos obtenidos por The Sentry, la revisión de imágenes y videos disponibles públicamente y las lecciones aprendidas de la propia experiencia argentina con el voto electrónico, expertos técnicos e investigadores en seguridad identificaron similitudes importantes entre el sistema de votación electrónica actualmente propuesto para el Congo y los modelos impulsados —y luego descartados— para el uso en las elecciones nacionales argentinas de 2017. Además, los expertos encontraron vulnerabilidades de seguridad específicas en los prototipos que la empresa Miru vendió al Congo. Esas vulnerabilidades incluyen amenazas potenciales al secreto del voto, así como también para la manipulación de resultados.