¿La nueva divisa global? Colaboración. Cada vez más personas se asocian vía Web para luchar por una causa, resolver un problema o cumplir un sueño. Bienvenidos al Efecto Imagine o de cómo, a veces, la realidad supera a la canción.
De la globalización a un mundo cercano. De la hiper competencia a lo colaborativo. La red de redes no sólo ha cambiado nuestro modo de comunicarnos: también ha puesto en crisis ideas como la de propiedad, autoría, originalidad, logro personal. Hoy, más que nunca, somos uno para todos. Y todos para uno. Aquí, postales de un fenómeno que llego para quedarse.
Por Fernanda Sández
Un mundo sin cielo y sin infierno. Un mundo de puro presente, y en paz. “Sin nada por qué matar o morir”, como dice la estrofa de Imagine. Una suerte de hermandad universal en donde conectarse a través de los parecidos y no ya de las diferencias, donde reine armonía entre todos los hombres. La canción de Lennon fue, si se quiere, una visión a destiempo porque hablaba de un mundo que aún no podía ser, porque el deseo estaba “en el aire” pero solamente allí: no había, por entonces, un modo efectivo de conectar tantas voluntades. Pero todo eso cambió cuando –de la mano de la Web- todos los soñadores del planeta pudieron ponerse en contacto y comenzar a imaginar, juntos.
El cambio fue definitivo. No sólo por la multiplicación de conceptos y puntos de vista, sino por el alcance potencialmente masivo que cada cosa podía llegar a tener a partir de un dato clave: hoy, en estos días hiperconectados, una idea o una imagen tomada en Samarkanda (o en cualquier otro sitio “remoto” del planeta) puede dar la vuelta al mundo en un parpadeo. Y eso no es ya mero “poder de propagación” sino algo bastante más concreto y temible para muchos: poder de acción. La capacidad de dar a conocer una situación y tener nada menos que una “hinchada” planetaria de nuestro lado.
Por sólo citar dos ejemplos, sitios como Change (www.change.org) o The petition site (www.thepetitionsite.com) funcionan en base a la vieja idea de que unidos somos más poderosos. Y no es una metáfora. Cada mes, ambas páginas dan a conocer causas y peticiones localizadas alrededor de la tierra, y dentro de un abanico de opciones que va desde los derechos de los animales hasta ecología, libertad política, etc. Más aún, esta clase de espacios abren el juego e invitan a los navegantes a iniciar una nueva petición cuando un tema así lo amerite.
¿Resultados? Sólo tres ejemplos: el halcón Amur, que migra de Siberia al Africa cada año, en una de las travesías migratorias más impresionantes del reino animal, era masacrado al pasar por India. Cada día, 14000 pájaros eran capturados por los cazadores. Luego de una petición en el sitio- firmada por casi 9000 personas de todo el mundo- el gobierno local tomó cartas en el asunto y este año ni un solo pájaro fue capturado. Otro tanto sucedió frente a la detención de los activistas de Greenpeace en el Artico: The Petition Site reunió 14.000 firmas, aunque esa cifra sea casi una pequeñez frente a las 66.000 que lograron juntar para dar de baja el programa de la cadena NBC Sports “Bajo cielos salvajes”, en donde la matanza de elefantes se volvía espectáculo televisivo.
O, para ir a un ejemplo local, la exitosa acción planteada por Germán Montenegro (un joven correntino de 21 años) en favor de la nueva Ley de Protección Integral de Personas Trasplantadas. Gracias a su iniciativa -que recibió el apoyo de 65.000 personas- y la visibilización del tema, la nueva norma logró ser aprobada. ¿Qué significa esto? Que los 18.000 argentinos que han recibido un transplante estarán legalmente amparados para exigirles a sus obras sociales que cumplan con todo lo que necesitan para seguir adelante con sus vidas luego del transplante.
“Ojalá se cumpliera el sueño de Lennon gracias a Internet, y puede que haya bastante de eso”, dice Alejandro Tortolini, experto en mundos virtuales y docente de la Universidad de San Andrés.
“Desde las rebeliones que se difundieron gracias a las redes sociales (la Primavera árabe, los indignados de España, el Occupy Wall Street de EEUU) a obras impresionantes conseguidas gracias al esfuerzo colaborativo (como la Wikipedia o como Foldit, un programa en el que video jugadores ayudan en la investigación del Sida), hay muchos ejemplos que muestran lo interesante que se vuelve el ser humano cuando tiene ganas de compartir lo que sabe y no guardarlo en un cajón para acumular poder”, precisa.
Esa misma impronta de intercambio, discusión, unión, colaboración y acción puede volver a leerse en muchos otros fenómenos, que van desde las manifestaciones no partidarias pero no por eso menos políticas, como el fenómeno de Anonymous, el avance del consumo colaborativo (algo así como un modo consciente y colectivo de consumir, pensando a la compra no como una rutina sino como un gesto de alcance colectivo) y muchas otras sorprendentes formas de asociacionismo.
También existen sitios que van todavía más lejos, como el caso de www.posibl.com, una red social solidaria en donde cada usuario cuenta un sueño. ¿Para qué? Para que, al enterarse de esa idea, alguien se conmueva y decida hacerlo realidad. “Posibl es una nueva red social con presencia global que busca consolidarse como la red social solidaria mediante la cual los usuarios puedan expresar y compartir sus sueños, sus metas a alcanzar e inspirar a otros a conseguirlas”, se lee en la página. Y, al más puro estilo Imagine, los que sueñan se llaman “dreamers” (soñadores) y las organizaciones y empresas que se acercan a cumplir esos objetivos se denominan “dream makers” (hacedores de sueños).
Pero tampoco todo es cuestión de pedir y ya. La lógica detrás de este portal es la de “dar y recibir”, por lo que –al tiempo que uno cuenta cuál es el sueño que quiere cumplir y cuál sería su impacto en la vida de los demás- también debe expresar cómo puede ayudar a cumplir los sueños de otros. El viejo y nunca bien ponderado “hoy por ti, mañana por mí”.
De todos modos, como apunta Tortolini, aún en tiempos del Efecto Imagine no todo es tan desinteresado ni “mágico” como podría parecer. “Hay mucho de altruismo pero también un poquito de lo que alguno llamó «la soberbia de los humildes». Por caso, hay un paper que menciona los motivos por los que las personas se dedican a publicar en la Wikipedia, y eso se vincula en gran medida con la obtención de poder. Y si bien hay muchos ejemplos que demuestran que la unión hace la fuerza, también hay otros que demostraron que para cambiar realmente las cosas no alcanza con apretar un botón en Internet. Las transformaciones políticas requieren que las personas pongan el cuerpo y salgan a las calles”, precisa.
Con todo, algo está pasando. Algo grande, y curiosamente viene desde el sitio más inesperado. El Efecto Imagine tiene también que ver con eso, que no es otra cosa que la profecía del escritor Eduardo Galeano vuelta realidad: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Y, de hecho, ya lo está haciendo.
Links:
http://mundosvirtualesvideojuegosyescuela.wordpress.com/2013/11/21/un-videojuego-para-armar-proteinas/
http: //www.thepetitionsite.com
http: www.posibl.com