Nathy Peluso colosal: reconquistó Buenos Aires con dos shows explotados de sabor

La cantante trajo a Argentina su “Calambre Tour”. Encantó a más de 16 mil personas cada noche y convocó hasta a la realeza del pop argentina, Lali y Tini, quienes disfrutaron de su espectáculo como unas fanáticas más.
Nathy Peluso
Créditos: Nathy Peluso
Por: #BorderPeriodismo

Colosal. Peligrosa. Mafiosa. Corajuda. Nathy Peluso amenaza en sus letras con ser mucho, demasiado, descomunal. Y -en honor a la verdad- lo es. Lo dejó bien en claro con los dos Movistar Arena agotados, con los que celebró el pasado jueves y viernes su regreso a Argentina. Lo estalló todo de tanto sabor y confirmó que lo de ella con Buenos Aires es un amor especial.

¿Qué tan furiosa puede ser la Peluso? Pues te ataja una rosa roja entre los dientes, mientras los timbales suenan de fondo, en un escenario que simula ser un ring de boxeo y frente a 16 mil personas frenéticas de emoción. “Buenos Aires, ¡vine a darlo todo! Esta noche significa mucho para mí”, dijo encantada la noche del jueves, en el primero de los dos recitales de su “Calambre Tour” en Argentina.

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A Peluso hay que escucharla, pero también hay que verla. Desde que apareció en escenario para cantar Celebré y Sana sana, sorprendió por la destreza de sus movimientos. Contoneo mezclado con una elegante gimnasia -estudió teatro físico y gimnasia durante varios años-. Pero no era cualquier baile. Peluso fue pasional y poderosa.

La escena de la rosa roja ocurrió mientras sonaba una versión extendida de Puro veneno, en el más rico plan salsero. Extendida porque durante varios minutos, con la percusión y las trompetas de fondo, Peluso solo jugó con varias rosas rojas que después regaló al público, en un momento descaradamente divertido y provocador. Así, sin apuro, recogía una por una las flores del piso, bailaba un rato con ellas, las acariciaba, las lamía, las mordía y luego las lanzaba.

Fue una Peluso cantándole a su goce. Eso que los varones del género urbano hacen todo el tiempo, pero para siempre objetivar a la mujer y pintarla sumisa. Eso, la Peluso lo destrozó, como viene haciendo hace años, y lo transformó en su propio manifiesto de liberación sexual. Casi dos horas de una fuerza impresionante.

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“Ya era hora de decir clítoris en una canción”, largó en mayo del año pasado en una entrevista con El País de España. Uno de muchos gestos que le han ganado la celebración de feministas de todo el mundo y también un gran caudal de fanáticos LGBTI+.

“¡La gorda está triunfando, mami!”, dijo en otra oportunidad en un programa español, volviéndose viral rápidamente en redes. Y hace poco, en octubre de 2021, desató la polémica y la ira de la iglesia católica porque se le ocurrió grabar uno de sus videos dentro una catedral española.

Esa Peluso no iba a decepcionar en su tierra natal. Y así, en un Movistar Arena repleto, fue sorprendente. Curvilínea. Elocuente.

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Y ya que estamos: ¿podrían imaginar la euforia de 16 mil personas cuando llegó -precisamente- el estribillo del tema que grabó con el también productor argentino Bizarrap? Uno de sus más grandes éxitos. Todo el estadio se desbordó al grito de “¡I’m a nasty girl, fantastic! ¡este culo es natural, no plastic!”. Peluso no podía estar más complacida con su público y lo dejaba notar.

Nathy Peluso en todas sus versiones

Peluso lo dio y lo hizo todo: balada pop, trap, rap, merengue, electrónica y, por supuesto, salsa. Esa onda tropical que comenzó con Puro veneno la siguió con Mafiosa. Y no tardó en hacer el cambio a la bachata con Ateo, tema que comparte con el rapero español C. Tangana. Todo en sus términos y condiciones: es delirante verla cantar música caribeña vestida con un body amarillo fluorescente, botas negras hasta las rodillas y lentes de sol, muy estilo cyberpunk.
Pero ahí se fue a perrear y se perreó fuerte con Delito. Peluso puso a menear hasta a la realeza argentina del Pop: Lali Espósito y Tini Stoessel fueron al concierto del jueves y dejaron ver en sus redes lo bien que la pasaron.

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El ring de boxeo que hacía las veces de escenario fue usado como correspondía cuando llegó el turno de Business Woman. Peluso tiró un par de ganchos y hasta saltó la cuerda, mientras les decía a todos que es bien “cabrona poniéndote el culo en la cara”.

La rave se armó cuando, finalmente, cantó Emergencia. 16 mil personas saltando al mismo tiempo en la mejor nota electrónica. Una locura.

Su Buenos Aires querido

Peluso dijo en una entrevista que “la fortaleza existe porque existe la debilidad”. “Jamás quisiera ser solo fuerte. Me permito la debilidad, la tristeza, sentirme frustrada”, dijo en mayo de 2021. Para ella, estos conciertos en Buenos Aires eran muy especiales, como insistió en recordar varias veces durante el show.

En agosto de este año estalló la polémica. Se hizo viral una vieja entrevista en la que Peluso dice que, a pesar de haber nacido en Argentina, se sentía española. Esto hirió el nacionalismo de los haters en las redes, que encontraron eco en varios medios argentinos.

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Peluso, de 27 años, nació en Buenos Aires, pero se fue con su familia a vivir a España cuando ella tenía apenas nueve años. Allí estudió y desarrolló el inicio de su carrera. Muy afectada, la cantante respondió a la polémica en un vivo en Instagram para decir que ella se sentía española, argentina y libre.
“Este show significa mucho para mí. Espero que para ustedes también”, repitió hacia el final del show, al borde del llanto. “Espero que se lleven momentos inolvidables”. Y hubo muchos. No solo porque en ningún otro lugar del mundo puede ser tan especial cantar Buenos Aires, uno de sus éxitos de su último álbum de estudio Calambre, sino que cantó
una versión de Viernes 3AM, de Seru Giran, el grupo que armaron Charly García, David Lebón, Oscar Moro y Pedro Aznar en los años 70.

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Peluso aprovechó también para recordar una de las primeras veces que cantó Corashe en Buenos Aires, su primer gran éxito. En esa ocasión, en noviembre de 2018, el recital fue en Niceto Club, un local con capacidad para un poco menos de 1000 personas.

Esta vez volvió a cantar Corashe ante decenas de miles. Miles que coreaban a cada rato “Nathy, Nathy, Nathy”. Por eso las lágrimas.

La noche cerró con su versión de Vivir así es morir de amor, el temazo de Camilo Sesto. Luego que dejó de sonar la canción, Peluso se quedó un rato más en el escenario, en silencio, para recibir con gusto el último aplauso de su público porteño. “No importa qué diga la gente, lo nuestro es amor verdadero”, dijo. Y todos murieron de amor.

 

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