Las otras mamás: la historia de amor del monstruo de los besos

Nació a los 8 meses del embarazo y era tan pero tan chiquitito que apoyaba su cabeza en mi mano y sus patitas colgaban en mi antebrazo. Solía ponerme un guante con caritas de sapo en la punta de los dedos para que él reposara entre animalitos. Yo lo miraba dormir, embobada… la redondez de … Leer más

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