En el año de la pandemia, la indigencia trepó al 9,8% y la pobreza alcanzó el 44,7%, de acuerdo con un informe elaborado por el Observatorio social de la UCA. A su vez, el estudio concluyó que, de no haber sido por la ayuda social que proveyó el estado, los números habrían sido sensiblemente más altos.
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Según los cálculos del cientista social Agustín Salvia, sin los planes de asistencia como IFE, Repro o Alimentar, la indigencia podría haber alcanzado el 27,7% y la pobreza, el 53,9%.
Al mismo tiempo, en el trabajo se indica que, en el año 2020, la asistencia social del Estado llegó al 55,4% de la población, de cuyo total, el 79,7% se encuentra en situación de pobreza.
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«Los efectos sobre el mercado de trabajo» que tuvieron «las medidas restrictivas sobre una economía con la trayectoria estancada y recesiva de los últimos años«, «impactaron fuertemente en el ingreso de los hogares, particularmente de los más vulnerables, en términos de sus inserciones laborales, llevando al incremento de la inseguridad alimentaria severa respecto a 2019″, indica el informe.
De esta manera, 2020 fue el peor año en términos de estadísticas sociales desde que la UCA empezó a medir la pobreza en el año 2010. En aquella ocasión, la indigencia era del 5,7%. La por entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner terminó su mandato con el 4,5% de argentinos y argentinas en esa situación, mientras que Mauricio Macri lo elevó para 2019 al 8,4%.
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En tanto, los números de la UCA difieren levemente con los del Indec, ya que según el organismo oficial, la indigencia fue del 10,5% y la pobreza, del 42%.
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