A los 36 años de edad, murió Pablo Villarruel, un joven periodista mendocino que es recordado con gran aprecio en todas las redacciones en las que estuvo. Medios locales destacaron su trabajo y su persona al momento de dar la noticia.
“De un estilo único, pero que enseguida deshacía toda sospecha de ‘importado’ cuando intervenía con su ingenioso y ácido humor, plagado de modismos que solo se pueden adquirir en ambientes donde la amistad, los códigos y la felicidad en forma de hierros ardientes se transforman en un culto”, expresaron desde el diario Los Andes.
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Pablo Villarruel sentía las injusticias de otros “como propias y los egos que suelen pulular entre escritorios y rotativas los sentía ajenos”, mencionaron más adelante. “Periodista sensible y empático que marcó a sus colegas con su ojo clínico para detectar la noticia o tentar al clic”, agregaron.
El periodista padecía una enfermedad contra la que luchaba hace tiempo con la fuerza que le daban su hijo Faustino, su pareja Ana, la familia y los amigos.
Villarruel se desarrolló en el periodismo deportivo desde muy joven, marcando un estilo único y que sus compañeros destacaban frecuentemente: “Da pena. Mucha pena da su pronta partida”, escribieron.
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Debutó en el periodismo en Radio Noticias a mitad de la primera década de los 2000 equipo de Frecuencia Deportiva. Sus capacidades y crecimiento lo llevaron a trabajar para Los Andes y MDZ Online, importantes medios en la provincia y a nivel nacional.
“Hijo de Don Tito Villarruel, ex Presidente de Deportivo Guaymallén, Pablo mostró dotes de intrépido periodista, pero por sobre todas las cosas de gran compañero”, contó el diario Jornada.
Por su enfermedad, el periodista debió recibir un trasplante en Córdoba, ya que en su provincia natal no se realizaban esas intervenciones: «Como paciente mendocino trasplantado en Córdoba, sufrí el desarraigo. Me alegra que otros no pasen por lo mismo», expresó al ser parte de la inauguración de un centro de trasplante de médula en Mendoza.
