En la última resolución conjunta entre la titular del Senado, Cristina Kirchner, y la de Diputados, Cecilia Moreau, se determinó un aumento de salarios de casi el 120% para los empleados del Congreso de la Nación, donde también se pueden ver ancladas las dietas de los legisladores.
El incremento salarial se realiza en tres partes. Por el mes que corre, percibirán un 35%, mientras que desde el 1 de agosto tendrán otro aumento del 35%. Finalmente, a partir del 1 de noviembre tendrán una nueva suba, esta vez del 20%. Por ejemplo, en mayo del 2023 un senador tuvo un salario neto de $653.764 (sin contar extras por desarraigo ni gastos de representación), pero para el mes del último aumento del año cobrarían en mano $1.428.000; lo que implica un aumento del 118% en tan solo algunos meses.
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El primer aumento ya fue establecido para los legisladores, que a partir de este mes ganarán casi un millón de pesos con un Congreso prácticamente paralizado. Mientras tanto, los otros dos aumentos, que ya están definidos para los empleados de las Cámaras, se debaten puertas adentro debido a la existencia de la «Ley Enganche», que permite a los representantes anclar sus haberes a las subas acordadas por la Asociación del Personal Legislativo (APL), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN).
“No hay hoy una norma por resolución conjunta que no permita que el aumento le llegue a los legisladores”, detallaron fuentes cercanas al Congreso al medio La Voz del Interior. Por lo tanto, todo indica que se adherirán, aunque no fue confirmado.
La principal crítica a estos aumentos surge por la poca cantidad de sesiones que se dieron en lo que va del año. Mientras que Diputados sesionó sólo cinco veces (dos informativas), el Senado llevó a cabo tan solo dos, una informativa y otra para el tratamiento de leyes. También se pudieron haber realizado dos más, pero no hubo quórum.
Al mismo tiempo, este incremento duplica a la inflación proyectada por el presupuesto 2023 (60%) y está a la par de la cifra que proyectaron algunas entidades privadas. A pesar de esto, hay que tener en cuenta que la inflación durante los primeros 6 meses del año trepó ya hasta el 50%, mientras que los salarios generales a nivel nacional aumentaron un 30% hasta mayo, según el último dato de INDEC.
De esta forma, la resolución llevará el salario en mano de los senadores de $653.764 a $881.550 desde julio. Un mes después alcanzaría a $1.190.000, hasta que en noviembre ascendería a $1.428.000 con la culminación del esquema de aumentos. Esto sin tener en cuenta extras por desarraigo ($134.731 en mayo) y gastos de representación ($25.000 en mayo) que se ven reflejados en los últimos recibos públicos.
Recibo de Sueldo – Senadores (Mayo) by Border Periodismo on Scribd
A su vez, los diputados pasarán de ganar $614.421 a $829.468 el próximo mes. En agosto cobrarán $1.119.781 y para noviembre $1.343.737 en bolsillo. En este caso, los recibos no muestran extras por desarraigo, pero si por representación, que asciende hasta los $71.294.
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POLÉMICA POR LA “LEY ENGANCHE”
A contramano de lo que dicta la Ley 24.600 del Estatuto personal legislativo en al artículo 2, donde se excluye a los representantes y otros agentes de ambas cámaras del régimen que tienen los empleados legislativos, los salarios de los legisladores venían “enganchados” a los aumentos que recibían los otros agentes del sector. Esto fue así hasta la resolución conjunta 3/2022, en julio del 2022, que determinó la necesidad de tratar y votar cada aumento de haberes que sea dirigida a los legisladores.
Desde allí, nunca se trató ni se votó un aumento, hasta que en noviembre del 2022 las titulares de la cámara decidieron derogar ese artículo y, por lo tanto, volver a atar el aumento a las paritarias de los empleados legislativos.
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