Los 160 millones de 678 (y los millones adicionales en pauta) no fueron el único contrato jugoso que el productor consiguió en la gestión Bauer. La historia de Fútbol Permitido y por qué no seguiría al aire.

En la carrera profesional de Diego Gvirtz se ven dos obsesiones: los archivos de televisión y el fútbol. Cuando el creador de la productora Pensado Para Televisión decidió alinearse con el gobierno kirchnerista, al punto de transformarse en uno de los más productivos creadores de slogans para la corona K, instaló su programa de archivo/propaladora de propaganda oficial 678 en la TV Pública, el nombre dado al viejo canal 7 bajo la gestión del ex funcionario y militante Tristán Bauer. En la primera entrega de esta investigación de #BORDER te contamos que el fenómeno detrás de #678Multitudinario fue un #678Multimillonario, que le costó al Estado unos 160 millones de pesos para mantener la guerra mediática, además de unos 90 millones de pesos estimados, en base a documentos y órdenes de publicidad, a los que accedimos en exclusiva, y que mostraban la enormidad de fondos públicos derivados desde la ANSES a ese programa de corte militante y adoctrinador.

En 2013, con los goles ya “liberados” y los millones fluyendo sin control hacia el programa Fútbol para Todos, Bauer le abrió las arcas públicas a la otra pasión de Gvirtz. Y así surgió en la pantalla Fútbol Permitido, el programa dominical, de hora y media de artística, producido por PPT para analizar al fútbol estatizado.

Contratación tercerizada.

La forma de contratación fue un pasamanos de fondos oficiales, bajo la excusa de que el programa también se emitiría en la señal de televisión digital abierta estatal DeporTV. En rigor, Bauer, en nombre de Radio y Televisión Argentina (RTA) firmó un contrato de coproducción con Rubén D’Audía, gerente general de Educ.Ar, la empresa estatal entonces dependiente del Ministerio de Educación que controlaba las señales Encuentro, Paka Paka y el mencionado DeporTV.  

En los considerandos de este contrato puede leerse “que Educ.Ar tiene entre sus objetivos la emisión de programas televisivos y multimediales con contenidos educativos, científicos y culturales, destinados a fortalecer y complementar las políticas nacionales de equidad y mejoramiento de la calidad educativa dirigidos a la población argentina en general”, pero que además “administra los contenidos de la señal DeporTV que conforma entre otras la grilla de la Televisión Digital Abierta”. Y que puede tercerizar la producción, como lo hizo y lo aclara en el inciso 3,2 del contrato y en el anexo C del mismo, en los que se detallan los aportes de Educ.Ar o de “quien Educ.Ar designe para la realización integral del ciclo, a su costo y cargo”. Ahí entró Gvirtz.

El canal, según Bauer, aportó el trabajo de 39 técnicos, entre camarógrafos, técnicos, productores, choferes y utileros, además del estudio -incluido el que utilizó el 7 durante el mundial del 2014-, camarines, los “fierros” para transmitir en piso y exteriores y la construcción de la escenografía. Y se reservó la comercialización de la tanda publicitaria –aunque no así la de la jugosa publicidad no tradicional o PNTs-. Aquí el contrato completo entre RTA y Educ.Ar, firmado en 2015.

Tal vez para no tener que revelar las cifras ante un pedido de acceso a la información pública o para entorpecer el acceso a los números en un pedido de Diputados o incluso de la Justicia, los entonces funcionarios Bauer y D’Auría no fijaron ningún costo de producción en el contrato. De hecho, el ciclo Fútbol Permitido está incluído en la denuncia que la legisladora Graciela Ocaña hizo por supuestas irregularidades en el manejo de los fondos del programa Fútbol Para Todos, bajo las gestiones de los ex jefes de Gabinete Jorge Capitanich, Juan Manuel Abal Medina y Aníbal Fernández, causa que tramita la jueza federal María Romilda Servini de Cubría.

Pero en #BORDER también conseguimos el contrato de producción entre Educ.Ar, firmado también por D’Auría, y Pensado Para Televisión, la empresa de Gvirtz, por la que firmó su hermano Fernando. Allí se establece que por la temporada 2013 de Fútbol Permitido, el canal satelital le pagó 8.884.304 pesos a PPT para la realización artística del ciclo, a razón de 184.700 pesos por cada uno de las 38 emisiones dominicales previstas. Y además, la productora, como siempre en los contratos negociados con Gvirtz, se quedaría con el 50 por ciento de la facturación de los PNTs, sean contratados por ella o por Canal 7.

Entre los auspiciantes que solían ser promocionados en Fútbol Permitido, figura la telefónica Nextel, con una promoción de chips en el marco del plan estatal de Precios Cuidados.  Aquí pueden leer el contrato completo.

Fútbol Permitido comenzó siendo conducido por el relator Alejandro Apo y la siempre sexy periodista deportiva Alina Moine. En principio, eran acompañados por Elio Rossi y sus tiradores; Diego “el Chavo” Fucks, ex columnista de Duro de Domar -otro programa de marca Gvirtz-; Javier Doberti -que es también el director periodístico del sitio web de noticias de corte militante Diario Registrado, que Gvirtz creó con la empresa Real Time Solutions SA y que también habría transferido parcialmente al grupo Indalo- y Nacho Goano, que asumiría la conducción tras la ida de Apo y Fucks.

Con el tiempo se sumarían otro panelista de Duro de Domar, Mariano Hamilton, y dos caras de Fútbol para Todos: el relator Rodolfo De Paoli y el cronista de campo Diego Brancatelli, más conocido por ser la voz kirchnerista en el panel de Intratables.

Gvirtz recurrió a alinear el nombre del ciclo a la era K. El “permitido” suplió al “Fútbol Prohibido”, un programa de culto de su factoría que se emitió en América Sports y brevemente en Canal 9, en los años 90. Aquel ciclo surgió con fuertes críticas al monopolio de las transmisiones del fútbol y la codificación que imponía la empresa Torneos y Competencias, vinculada a Clarín. Sin embargo, tras el levantamiento del ciclo, Gvirtz se fue a trabajar para esa demonizada empresa y dejó solos a sus empleados, como Diego Bonadeo, en un reclamo legal por el levantamiento del ciclo. Bonadeo ha sido una de las voces más críticas de la doble moral de Gvirtz entre principios y negocios.

Según pudo saber #BORDER, con la misma modalidad de tercerización y contratos entre RTA y Educ.Ar y entre este útlimo y la productora de Gvirtz, se firmaron otros tres pares de contratos, para la temporada corta del “torneo de transición” 2014, para 12 emisiones especiales ese año

para “Fútbol Permitido, Mundial” y para las 30 fechas del torneo 2015, de los cuales sólo pudimos acceder a los contratos entre emisoras, que evitan revelar más cifras. Para 678, Gvirtz consiguió aumentos interanuales en sus contratos de 25,48% para 2014 y de 38,81% para 2015. De haber logrado lo mismo para su envío de fútbol habría facturado, 11.148.024 pesos para 19 emisiones de fútbol local y 12 del mundial en 2014. Y otros 15.373.573 pesos para la temporada que acaba de terminar.

Fue su conductor, Nacho Goano, el que reveló que el ciclo no continuaría. Lo que primero se leyó como una crítica hacia las nuevas autoridades, en especial contra Hernán Lombardi, terminó siendo aclarado por el propio Goano: la decisión de la no renovación, esta vez, no fue del macrismo ni de Cristóbal López: lo habría decidido el propio Bauer, según lo que escribió el conductor en Twitter.

En total, por las tres temporadas de Fútbol Permitido el Estado, en su versión K, habría derivado 35,5 millones de pesos más a la empresa que fundó el productor Gvirtz. Otro negocio redondo para él.