Volviendo a la década del sesenta, reconocemos tres festivales que dieron inicio a la contracultura y a la cultura hippie, pero que también supieron darle un fin. De la mano con el inicio del rock apareció una nueva generación que empezó a oponerse a las cosas que no adherían, como la guerra de Vietnam, que empezó a explorar con las drogas y con la música, y que empezó a bucear en la adolescencia y a diferir de la vida de la mayoría de sus padres. Esto dió lugar a que el arte empiece a tener más respeto, visibilidad y un lugar en la sociedad. La sede de este gran movimiento fue San Francisco, California, específicamente el barrio Haight-Ashbury en donde sucedían muchas de estas manifestaciones. Pero con el tiempo esta contracultura se fue expandiendo a otras partes del mundo, y junto a eso vinieron los llamados festivales que lograron sostener y fomentar esta nueva generación.
Como inicio y precedente de la contracultura de los sesenta en California, se dió el “Festival Monterrey” en junio de 1967. En cierto punto fue también el inicio del “Verano del amor”, donde se reunían todos los “hippies” de Estados Unidos para consolidar su cultura. El “Monterrey” fue de los primeros festivales que se hicieron al aire libre y con diferentes músicos, sembrando algo que es vigente hasta el día de hoy. La idea surgió del productor Lou Adler y de John Phillips de The Mamas and the Papas, creando cosas que eran inexistentes para ese entonces (como por ejemplo, el concepto del camarín y backstage, en donde los músicos podían juntarse a comer y tomar algo previo a su show). Se cree que asistieron un poco más de 50.000 personas y toda la plata recaudada de sus entradas fue para caridad; ningún músico cobró, con la excepción de Ravi Shankar. El lineup contó con grandes músicos de todo el mundo, entre ellos: Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Who, Otis Redding, The Byrds, Jefferson Airpline, y más. De hecho, muchos recuerdan este festival por el icónico momento donde Hendrix incendia su guitarra en el escenario. En la cumbre de la cultura hippie, el festival fue armonioso, rodeado de amor y paz y bien organizado. Todo sucedió como debía suceder, y fue una fuerte demostración de que se venía una nueva generación que pisaba fuerte y que las cosas estaban empezando a cambiar.
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Siguiendo al primer festival, y probablemente el suceso más conocido de los años hippies, en agosto de 1969 se llevó a cabo “Woodstock», que se considera como el momento cúlmine de la contracultura. Pero si bien las intenciones eran similares a las que inundaron 1967, las cosas no salieron tan bien como se esperaba. Woodstock se celebró en una granja de 240 hectáreas en Bethel, Nueva York, a la cual asistieron entre 400 y 500.000 personas (se estima que hay un total de 250.000 personas más que no lograron llegar al lugar). Pero el festival no estaba organizado ni equipado para sostener tanta gente y llevar a cabo un festival tan masivo como ese. Tanto la policía como los organizadores esperaban un número de gente mucho más reducido. Las personas se juntaron a celebrar la paz, el amor, ideologías antibélicas y cierto rechazo al sistema, pero todo terminó saliéndose de control. Hubo tres muertes, mucho desorden e incluso se cree que hay personas que nacieron en esa granja. Todo quedó documentado en una película que ganó el Oscar a mejor documental: “Woodstock: 3 days of peace and music”. En cuanto a los músicos, algunas de las grandes figuras que se presentaron fueron Joan Baez, The Band, Joe Coker, Santana, Crosby Still Nash and Young, Creedence Clearwater Revival y más. Hendrix fue el designado a cerrar el festival, en el cual tocó el himno de Estados Unidos en la guitarra a modo de protesta por la guerra de Vietnam. Si bien fueron muchos artistas que para ese entonces ya estaban consolidados, también faltaron otros grandes como Los Beatles, Led Zeppelin, Bob Dylan y Los Rolling Stones, lo cual da pie para hablar del tercer festival que dio fin a esta generación.
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Todo lo que empieza tiene su fin, y ese fue el lugar que ocupó el “Altamont Speedway Free Festival”, organizado por los Rolling Stones el 6 de diciembre de 1969, apenas meses después de la trágica muerte de su guitarrista Brian Jones. Los Stones no podían permitir quedarse afuera de festivales como “Woodstock” y “Monterey”, por lo que decidieron celebrar algo similar, haciendo este festival gratis en California en un autódromo abandonado del Altamont. La noticia eran Los Rolling Stones como número principal, pero lo cierto es que fue un completo desastre. Acudieron aproximadamente 300.000 personas, vigiladas por los Hells Angels que fueron contratados como seguridad. Eso fue un grave error porque elegir un club de motoqueros que solían comportarse con violencia no era la mejor opción para controlar un festival de tantas personas. El momento en el que todo se excedió fue cuando murió un joven espectador. Meredith Hunter sacó una pistola mientras los Rolling Stones hacían su performance y uno de los Hells Angels lo apuñaló hasta su muerte. De hecho, no fue el único que murió. Otro grave error fue que el escenario estaba a una altura muy poco conveniente, siendo muy fácil llegar hacia los grandes artistas que se presentaban en él. El lío era tal, que los Grateful Dead decidieron no salir a tocar una vez que llegaron y vieron las condiciones del festival. Sin embargo, el resto del line up si se presentó, el cual incluía a Santana, Jefferson Airplane, Flying Burritos, los Stones y más. Fue un festival reinado de drogas, violencia, gente que necesitaba ser atendida y más. Fue el cierre de una gran década que plasmó algo completamente opuesto a lo que se vivió en los festivales anteriores. Fue el hecho que dió a entender que se estaban terminando los sesenta, y que comenzaban los setenta en donde apareció el hard rock, el heavy metal, el rock progresivo, etc. De hecho, el festival dejó muy mal parados a Los Rolling Stones luego de ser culpados por el homicidio de Meredith Hunter de 18 años. Era el fin y todos lo sabían.
El verano del amor se estaba terminando, la música empezaba a cambiar y la violencia volvió a circular por las calles. Aquello que había comenzado con el Monterey Pop Festival, y consolidado en el Woodstock del 69, se terminó después de la tragedia del Altamont Speedway Free Festival, dando inicio así, a la intensa década de los setenta.
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