Luis Gerardo Ávila tiene 52 años, vive en el barrio Colón de la ciudad capital de Santiago del Estero, y trabaja en el Instituto Público de Vivienda y Urbanismo (IPVU), un organismo que se encarga de resolver la demanda habitacional de la provincia.
La semana pasada, el examen por coronavirus de Ávila, arrojó resultado positivo, y se convirtió en el «Caso 41» de Covid-19. Sin embargo, los síntomas aparecieron en este hombre, descripto a #BORDER como «entrador» y «con muchas amistades», el 16 de julio. Esto no lo privó de participar en asados, y hasta festejar el Día del Amigo.
Ávila, que presenta comorbilidades tales como hipertensión y asma, visitó, antes de «resignarse» a ser atendido en el Hospital Independencia, a al menos dos médicos que le prescribieron «un paracetamol». Recién cuando su estado se tornó crítico, decidió volver a recurrir a ayuda profesional. Mientras tanto, anduvo de gira por la ciudad, y hasta cruzó los límites capitalinos para trasladarse a la localidad contigua de La Banda, Manogasta.
Tras la disparada de casos, el gobierno santiagueño decidió restringir la circulación en la ciudad capital y también en La Banda, donde desde el último jueves, sólo está permitido moverse entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Según revelaron a #BORDER, esto provocó el día anterior de la sanción de la norma, colas de hasta cinco horas en los bancos de la localidad.
Problemas con la salud (y la justicia)
Ahora, Luis Ávila, que permanece internado en la UTI (Unidad de Terapia Intensiva), fue imputado por la justicia de Santiago del Estero por haber violado los delitos contemplados en los artículos 202 y 205 del Código Penal.
Desde la aparición del «caso 41» se detectaron, hasta el informe de este martes por la mañana, 97 nuevos casos, cuando hasta el lunes 3 de agosto, la provincia solo tenía 40 acumulados en cinco meses de cuarentena. Hoy, Santiago del Estero acumula 137 casos positivos.
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