422 millones. Esa es la cifra que representa a la población que, según la Organización Mundial de la Salud, tiene diabetes.
Ebers es una startup argentina que desarrolla plantillas inteligentes para prevenir lesiones y amputaciones en personas que sufren esta enfermedad. Mediante sensores de presión y temperatura conectadas con una aplicación en el celular tienen la capacidad de alertar de manera temprana sobre posibles riesgos en el pie de las personas que sufren diabetes.
Las amputaciones totales o parciales de las extremidades inferiores son una de las complicaciones más serias y costosas de la diabetes. A nivel mundial, se estima que el 25% de las personas que la sufren desarrollarán una úlcera y que cada 30 segundos se realiza una amputación a causa de este problema. Esto implica que se realizan alrededor de 1 millón de amputaciones cada año debido a este problema.
Facundo Noya tiene 27 años y, en diálogo con POST, cuenta que esta idea llegó a él a partir de una experiencia cercana de una persona que sufrió una amputación en la pierna debido a que tenía una chinche en los pies y no lo había detectado. “Eso fue el detonante. La persona no sintió esa chinche debido a la pérdida de sensibilidad que tenía y se descubrió cuando ya era muy tarde. Entró al hospital con un dolor en el pie y salió sin una pierna”, explica el ingeniero biomédico.
Por eso, profundiza, en la etapa embrionaria “la idea del proyecto era hacer una plantilla inteligente que le pudiera devolver esa sensación al paciente”. “La solución fue mutando mucho y fuimos evolucionando a medida que pasó el tiempo”, aclara.
En este sentido, amplía: “Hoy entendemos que el problema no es sólo esa pérdida de movilidad sino muchos otros que hay en la cadena de detección del problema. Hoy nuestra solución es también para darle una herramienta al profesional de la salud”.
Manos a la obra
Hoy en día el producto está en un estadio previo a estar certificado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). “Como es un producto médico, requiere certificación regulatoria. En el caso de Argentina es Anmat y otras regulaciones locales. Estamos en pleno proceso de certificación y eso te impide que lo puedas comercializar como producto médico”, cuenta.
De todas formas, desde Ebers ya se encuentran haciendo algunas validaciones en segmentos no médicos, el uso en ortopedias para runners, para hacer estudios de la pisada y también dentro de la clínica, aunque sólo en modo de prueba.
“Hoy estamos muy cerca de la etapa comercial, que eso también nos implica el desafío de ver cómo vendemos nuestro producto. Cuando estábamos empezando las validaciones clínicas justo arrancó la pandemia y eso ahora tuvo que quedar relegado. Entonces, tuvimos que salir a buscar otras universidades, que no sean hospitales, para que puedan hacer las validaciones”, completa el joven emprendedor.
Noya explica que la versión que hay hoy del producto es muy distinta de la que se pensó cuando hizo su tesis. “Esto fue absolutamente repensado por el profesional de la salud en función de sus necesidades. Es un producto que al profesional le agrega valor y hay evidencia científica que demuestra la importancia de él”, expresa al responder sobre cómo trabajaban desde la empresa con la comunidad médica.
Los próximos pasos de Ebers
En este camino que Facundo Noya y su equipo han comenzado a recorrer hace poco más de dos años, los desafíos fueron y son muchos. Por la especificidad y la innovación del producto que llevan a cabo, el trabajo con los proveedores requiere de extrema coordinación.
El joven fue ganador del Premio Emprendedor X Argentina en 2018, un programa del Banco que propone fomentar la cultura emprendedora entre jóvenes universitarios de Argentina.
“Ahí nos conectamos con el Banco. El año pasado se lanzó la convocatoria de Santander X Global en la que participan cinco países: España, Brasil, Chile, Argentina y México, en donde ahora estamos en la competencia final que se tuvo que readaptar por lo que pasó con la pandemia”, relata con entusiasmo el ingeniero que busca cambiar la vida de millones de personas.
Noya reconoce que el premio Emprendedor X fue “una hermosa oportunidad” para mostrar lo que estaban haciendo en la compañía, para conectar el proyecto con otros emprendedores y financiar parte del desarrollo.
Desde Ebers, adelantan cuáles son los pasos a seguir durante los próximos seis y doce meses. “Nuestro objetivo es ya tener la aprobación regulatoria de Anmat, comenzar a hacer ensayos clínicos en algunos hospitales de Argentina y Brasil, empezar la fase comercial en esos países y crecer en la región con distribuidores locales”, adelanta con entusiasmo. Tal como lo soñó cuando comenzaba a redactar su tesis, el proyecto de Noya está cada vez más cerca en convertirse en algo trascendental para la salud.