A medida que el mundo se trasladaba a la red aparentemente de la noche a la mañana debido a la pandemia del COVID-19, la criticidad de los centros de datos y la incesante dependencia de estos en todos los ámbitos de la vida se han convertido en una historia permanente de la crisis.
Esta realidad se manifestará de nuevas formas en 2021, a medida que el centro de datos y el ecosistema de información que lo orbita emerja de la pandemia como un cuarto servicio público crítico, con todas las expectativas y responsabilidades que esto implica. Esta es una de las tendencias emergentes del centro de datos de 2021 identificada por los expertos de Vertiv, un proveedor global de soluciones de continuidad e infraestructura crítica digital.
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Durante mucho tiempo, los centros de datos se han mantenido con altos estándares de disponibilidad, pero el cambio hacia un estatus similar al de los servicios públicos será evidente de dos maneras.
En primer lugar, las altas expectativas de disponibilidad de la red se extenderán profundamente en las zonas rurales y remotas, lo cual llevará las aplicaciones críticas a un mayor número de personas. Esto aumentará la presión sobre los centros de datos para mantener la conectividad, incluso en los bordes exteriores de sus redes.
En segundo lugar, desaparecerán todas las diferencias entre la disponibilidad y la conectividad, ya que la capacidad de garantizar y proteger las conexiones en las redes híbridas cada vez más distribuidas se convierte en un requisito tan importante como cualquier medida tradicional de tiempo operativo del centro de datos.
“Desde hace algún tiempo, los centros de datos se han estado trasladando hacia el estatus de servicio público, pero la pandemia ha cristalizado la necesidad de establecer los tipos de límites oficiales que han sido comunes en otras empresas de servicios públicos”, dijo Gary Niederpruem, director de estrategia y desarrollo en Vertiv.
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«No se trata solo de trabajar desde casa, aunque esto es parte de ello. Más importante aún, se trata de apoyar la economía digital en sus formas más críticas, que incluyen una mayor dependencia de la telemedicina y la salud, un mejor comercio electrónico y telecomunicaciones y medios de comunicación globales”, agregó.
La pandemia estableció de forma efectiva una nueva base de referencia para la infraestructura digital a medida que la industria se ajusta y eventualmente va más allá del confinamiento global. Con este telón de fondo, los expertos de Vertiv identificaron otras tendencias emergentes que se observarán en 2021. Estas incluyen las siguientes:
- Una digitalización de avance rápido: Los expertos de Vertiv esperan que la inversión en infraestructura de TI, motivada por la pandemia, continúe y se amplíe, lo cual permitirá capacidades de trabajo remoto más seguras, confiables y eficientes. Con el tiempo, lo que se hace en persona frente a lo que se hace de forma remota cambiará, y este cambio será impulsado por los clientes que desean minimizar su presencia física.
- La discusión en torno a la red 5G se centra en el consumo y la eficiencia energéticas: En esta primera etapa de planificación y lanzamiento de la red 5G, el debate se ha centrado acertadamente en los beneficios finales de la tecnología —un mayor ancho de banda y una menor latencia— y en las aplicaciones que permitirá. Sin embargo, a medida que los países inicien sus lanzamientos 5G en 2021, y los primeros usuarios comiencen a impulsar la amplitud y la escala, la atención se centrará en los considerables aumentos del consumo energético de la red 5G y en las estrategias para una implementación más eficiente y eficaz.
- La sostenibilidad pasa al primer plano: A medida que la proliferación de los centros de datos continúa e incluso se acelera, especialmente en el espacio de hiperescala, los proveedores de servicios en la nube y coubicaciones se enfrentan a un mayor escrutinio por su consumo de energía y agua. Los beneficios para los operadores de centros de datos son evidentes, con la reducción de los costos, el cumplimiento con las normativas existentes y esperadas, y la buena voluntad que viene con el establecimiento de una posición de liderazgo en el movimiento de sostenibilidad a nivel mundial.