¿A quién y cómo se entrega un arma en la Argentina?

La cantidad de personas que piden portar un arma de fuego no para de crecer. Fuentes oficiales estiman que hay más de 3 millones de armas en manos de civiles y que el 70% de los usuarios legítimos tienen alguna irregularidad en el trámite, como la credencial vencida. ¿Cómo evitar que caigan en manos equivocadas?
Por: Rafael Herrera Milano

La inseguridad crece y muchos argentinos deciden armarse para combatir los robos. ¿Son adecuados los exámenes sobre la salud mental de aquellos postulantes a tener o portar un arma?

¿Es posible que las evaluaciones psicológicas actuales sean deficitarias, o no tengan la profundidad suficiente, y que por eso casi cualquier persona que lo desee puede ser un legítimo usuario?

¿Quién controla a los evaluadores? ¿Cuáles son los criterios (de salud mental) de exclusión o rechazo para tener un arma legal?

La realidad es que para analizar la salud mental de un individuo no alcanza con “la foto”: no basta con circunscribirse al momento del exámen. Ese individuo va a tener/portar un arma de fuego que puede terminar con la vida de otra persona, o con la propia.

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Un completo estudio de la salud mental debería abarcar un exhaustivo examen psicológico y psiquiátrico, que seguramente lleven más de una consulta, acompañados con los tests psicológicos pertinentes (los cuales describen su personalidad). De esta manera, se puede “correr el velo” de padecimientos mentales no tan evidentes, o de una irritabilidad con inadecuado autocontrol por ejemplo.

Hay grises que las autoridades deberían evaluar: ¿Qué pasa, por ejemplo, con un paciente psiquiátrico que, al momento de la evaluación, se encuentra compensado? Si por un problema personal deja la medicación sin indicación médica y tiene el arma en su poder, ¿Quién/es será/n responsables ante un eventual desenlace fatal?

Las personas que consumen determinados fármacos que actúan sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) y que, en consecuencia, pueden disminuir los reflejos y/o velocidad de reacción, ¿pueden tener un arma de fuego?

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¿Es correcto que la Credencial de Legítimo Usuario (CLU) de armas deba renovarse cada cinco años? ¿Y si en ese lapso de tiempo la persona sufre alguna problemática que temporal/permanentemente alteren su juicio? ¿Hay algún control desde una renovación de CLU hasta la otra?

Los interrogantes son muchos y un largo camino por recorrer para tratar de prevenir eventos evitables, poniendo armas de fuego en gente que no presenta una aptitud psíquica acorde a la responsabilidad que conlleva estar armado.

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