Como todos saben, cada cuatro años se juega el Campeonato Mundial de Fútbol. En el año 2018, la sede fue Rusia. Y ese hecho suele disparar la venta de televisores, ya que por fuera del pequeño grupo de privilegiados que puede viajar y ver los partidos en vivo y en directo, la mayoría lo hace en su casa, y que mejor que disfrutar con la última tecnología y la mejor y mayor definición en la imagen, generalmente a pagar en cómodas cuotas.
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Es por eso que, hace cuatro años, Noblex lanzó una de las campañas de marketing más recordadas de todos los tiempos: si la Argentina no clasificaba al Mundial, la firma prometió devolver el dinero a todos aquellos que hubieran comprado uno de sus aparatos. La promoción se llevó a cabo durante las Eliminatorias, y el riesgo inicial era ínfimo. Pero el destino tuvo otros planes, y en el último partido, contra Ecuador de visitante y en la altura, la clasificación de la selección argentina no estaba para nada asegurada…
El gerente da cuenta de esta historia, centrada en el gerente de marketing de la compañía. O sea: la persona a quien se le ocurrió esta idea. Un hombre gris, anticuado en su vestir, separado y con problemas para relacionarse con su hijo, y con una salud que le comienza a dar avisos de que ya comenzó a encarar la segunda mitad de su vida. Cuenta con el apoyo del presidente de la empresa y de un equipo fiel, y choca con la rivalidad de una mujer que desconfía de sus conceptos y que es capaz de apelar a tácticas non sanctas para salirse con la suya.
Ariel Winograd, director de la película, encara una historia, como ocurrió en El robo del siglo, su opus anterior, de la que todos conocemos su final: antes de sentarnos frente a la pantalla tenemos muy claro tanto el resultado del atraco al Banco Río como los goles de Lionel Messi que llevaron a la Argentina a Rusia. Por lo tanto, no hay spoiler posible ahí. La clave está en el arranque, con la frase “Basada en hechos reales”. A partir de ahí, no importa que es verdad y que no. El registro de comedia está respetado en un ciento por ciento, y hay un uso de canciones argentinas que encajan de perilla con ciertos momentos claves (“Loco tu forma de ser” de Los Auténticos Decadentes en plan karaoke, Sergio Denis y Soda Stereo con su “Sobredosis de TV” que, en este caso, puede tener más de una lectura, ninguna de ellas mala).
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Leonardo Sbaraglia es Alvaro Torres, ese gerente de marketing que se maneja en un una delgada línea que lo presenta con un caparazón más que conservador, pero que a su modo se sale con la suya, aunque eso le implique atravesar muchos escollos. Su contrapartida es la Federica que encarna Carla Peterson, una ejecutiva que se apoya sólo en las últimas tendencias con modos que pretenden ser de vanguardia pero que, al final, son los que terminan por ser anticuados. Luis Luque (Omar, el presidente de la compañía), Cecilia Dopazo (la ex esposa de Torres), Marina Bellati (la mano derecha del gerente, en un papel que le calza como anillo al dedo), Marco Antonio Caponi (su médico, en un papel secundario fundamental) y el Tano Pasman (desplegando toda la catarata de insultos al ver fútbol que lo hicieron famoso), entre muchos otros, completan el reparto del film.
El gerente se estrena de manera simultánea en cines y por la plataforma de streaming Paramount +, y es una comedia ideal para ver en este mes previo a que todos nos sentemos frente a nuestras teles a pedirle por favor a Lionel Messi que cumpla lo que debe ser su deseo más íntimo: que levante la Copa y que podamos gritar ¡Dale campeón! Ya se sabe que las comedias suelen terminar bien: esperemos que esta historia de no ficción también tenga un final feliz.
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