Ante el aumento de casos, las autoridades se ven obligadas a pensar en opciones de control, además de recurrir a cierres y restricciones horarias.
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Uno de los mayores problemas se da en los destinos turísticos, especialmente en las playas, donde muchas veces no se cumple con las medidas de aforo y se supera la cantidad de gente recomendada.
Una de las medidas implementadas en otros países fue el control a través de drones. En playas de España, como en Málaga, ya se implementaron sistemas de drones para el monitoreo de la costa, con información de aforo actualizada a cada hora que está disponible online para los usuarios para que puedan elegir la playa con menor concurrencia. Por su parte, drones con inteligencia artificial también vigilarán las playas australianas.
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En Ecuador, también se han implementado cámaras de vigilancia y altoparlantes. A través de sensores, las autoridades monitorean la cercanía entre los turistas y dan un mensaje por altavoz para que las personas se dispersen.
Más allá del control de aforo, en México, incluso, se han utilizado drones para difundir el mensaje #QuedateEnCasa en las playas y distintos puntos de Quintana Roo.
No solo en las playas debe estar presente el control. Esta tecnología también sirve para el control de otros sitios “calientes” de veraneo: las calles peatonales, los comercios y, eventualmente, para la reapertura de cines y teatros, ya que permiten automatizar el conteo de personas.
Comerciantes, hoteleros, gastronómicos y la industria del turismo en general se encuentra expectante por nuevas medidas y restricciones; mientras tanto, es necesario que se cuenten con las opciones disponibles para que la economía no se paralice.