El domingo pasado, México celebró una consulta popular para habilitar el juicio por corrupción a expresidentes de la nación, impulsada por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, mejor conocido como AMLO.
En el referendo se involucraba a 5 ex mandatarios pertenecientes a los partidos opositores del PRI y el PAN. La boleta de votación contenía la pregunta: «¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?».
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La pregunta fue criticada por su mala redacción y la consulta calificada como «innecesaria», ya que los ex mandatarios no cuentan con una protección legal tras ocupar el cargo y nada impide su enjuiciamiento.
Lo sucedido fue considerado un verdadero fracaso para el gobierno. A pesar de que ganó el «SI» con más del 97% de los votos, se necesitaba de una participación electoral mínima del 40% para que el referendo sea vinculante y apenas se llegó al 7% ( 6,6 millones de votantes). Es la participación más baja registrada en la región con este mecanismo.
REDOBLA LA APUESTA
Más allá de las críticas que recibió el proceso electoral del domingo y sin parecer importar el fracaso, AMLO decidió apostar fuerte y someter su mandato (2018-2024) a un referéndum en Marzo del 2022: «El pueblo va a decidir si me quedo o si me voy», aseguró el mandatario en su conferencia matutina.
El mecanismo de votación será similar al ocurrido este 1 de agosto, pero su relevancia será mucho mayor ya que López Obrador pone en juego los 3 años de mandato que le restan. Aunque la decisión parece tomada, el proceso para establecer el referéndum es largo y aún no está asegurada su realización.
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Por otro lado, AMLO jugó fuerte desafiando desde el vamos a una oposición unida, a los medios de comunicación y hasta al Instituto Nacional Electoral (INE), con el cual tuvo choques estas últimas semanas por la organización de la consulta popular del domingo.
¿QUÉ DEBE PASAR PARA QUE SE LLEVE A CABO EL REFERÉNDUM REVOCATORIO?
Para invocar el referendo, primero se deben juntar 2,8 millones de firmas ciudadanas, que equivalen al 3% de la lista nominal del Instituto Nacional Electoral (INE). Además, se debe solicitar el ejercicio de este mecanismo al congreso entre Diciembre del 2021 y Febrero del 2022.
Si este proceso es finalizado con éxito, se pone en marcha la organización, que es exclusiva del INE. Las reglas siguen siendo las mismas: Para que el referéndum revocatorio sea vinculante debe haber una participación mayor al 40% del padrón electoral, equivalente a 37 millones de mexicanos.
¿QUÉ PASA SI EL PRESIDENTE ES REVOCADO?
En el caso de que AMLO sea revocado por la ciudadanía, será aplicado el artículo 84 de la constitución política de México: El Secretario de Gobernación asumirá el control del Poder Ejecutivo y, en un lapso no mayor a 60 días, el congreso deberá asignar a un presidente interino que cumpla el resto del mandato hasta el 2024.
DE CARA A LA CONSULTA
La primera consulta le dejó al mandatario mexicano una ola de críticas y respuestas negativas, pero, al mismo tiempo, le permitió contabilizar su núcleo duro de apoyo y motivó aún más su línea discursiva a favor de los mecanismos de democracia directa y su intento por mejorar la eficacia y transparencia de los procesos electorales.
Sin embargo, también profundizó el enfrentamiento con la oposición, la cual fue desafiada por el mismo de cara a la eventual consulta de revocación: «Que se agrupen para ver si revocan mi mandato».
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Aunque no se pueden confirmar estrategias por parte del gobernante con respecto a estas consultas y su utilización mediática, algo es seguro: López Obrador va por todo o nada.