Tras intensos días de protestas en Irán, ya se contabilizaron al menos 31 personas fallecidas como consecuencia de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad del país. La manifestación multitudinaria comenzó tras conocerse el asesinato de una joven a manos de la «policía de la moral» por no llevar el velo (hiyab) que las normas musulmanas imponen.
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El caso de la joven kurda de 22 años llamada Mahsa Amini, quien fue detenida y golpeada hasta la muerte por las fuerzas de seguridad por llevar el hiyab de manera “inadecuada”, conmocionó a la República Islámica de Irán y provocó protestas sin precedentes en todo el país. «El pueblo de Irán ha salido a las calles para lograr sus derechos fundamentales y su dignidad humana y el gobierno está respondiendo a su protesta pacífica con balas», aseguró en un comunicado Amiry-Moghaddam, director de la ONG por los Derechos Humanos de Irán, que tiene sede en Oslo.
En el mismo documento la organización detalló la cantidad de fallecidos que produjo la represión policial iraní que se eleva a 31 a pesar de que las autoridades del país declaren oficialmente una cifra de 17 muertos. En estos momentos, el movimiento de personas hace temblar al régimen islámico de Alí Khamenei. La población se mostró más indignada y molesta que nunca y ahora pide por la «muerte al dictador» y por la «mujer, la vida y la libertad».
Amnistía Internacional ya denunció la fuerte represión que ejerce la policía iraní sobre los manifestantes, a quienes les disparan con armas de fuego, les arrojan gases lacrimógenos e intentan dispersar con cañones de agua. Las autoridades del país ya restringieron el acceso a internet y bloquearon el ingreso a las principales redes sociales y aplicaciones de mensajería; un método al que suele recurrir el régimen en momentos de estallido social.
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Miles de mujeres musulmanas prendieron fuego sus velos y se cortaron el pelo frente a las fuerzas de seguridad en forma de protesta y desafiando las leyes estrictas que rigen en el país a través de su interpretación del Corán. Incluso, estos desafíos al código de vestimenta y a las leyes religiosas se replicaron en países como Estados Unidos y Turquía.
A pesar de los movimientos, muchas otras mujeres tienen miedo por las represalias que podría tomar la «policía de la moral» después de seis días de manifestación en las calles de Teherán. Por otro lado, Joe Biden se pronunció sobre el tema en la cumbre de las Naciones Unidas: «Estamos con los valientes ciudadanos y las valientes mujeres de Irán que en este momento se están manifestando para asegurar sus derechos básicos».
Más tarde, también expuso Ebrahim Raisi, presidente de Irán, quien mencionó la existencia de una «doble moral» de los países occidentales sobre el tema. Mientras tanto, la figura suprema del régimen y la presidencial se desgastan en medio de una fuerte crisis económica, afectada en parte por las sanciones hacia su programa nuclear, y en pleno estallido social que deja imágenes pocas veces vista en la República Islámica donde queman cientos de imágenes del ayatola Ali Khamenei.
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