Se trata de Edgardo Paolucci, quien fuera director de fiscalización del organismo. Su patrimonio creció 148 por ciento en tres años. Sumó poder durante la gestión de Echegaray pero continuó en el cargo con Gómez Centurión. En 2012, tenía menos de $ 6 millones de patrimonio. Para diciembre de 2015 había crecido a casi $ 15 millones. Lo investigan por contrabando. Mirá sus inversiones inmobiliarias.
Edgardo Paolucci fue detenido esta semana acusado de formar parte de una asociación ilícita que contrabandeaba mercadería ingresada al país de forma ilegal. Funcionario de larga trayectoria en la Aduana de Buenos Aires, sumó poder bajo el mando de Ricardo Echegaray y siguió en su puesto durante la gestión de Juan Gómez Centurión. Y su ascenso en las filas del organismo también se vio reflejado en su patrimonio, que en apenas tres años creció un 148%.
Según la declaración jurada que presentó Paolucci, hacia fines de 2015 tenía un patrimonio de $ 14,7 millones, casi tres veces más que los $ 5,9 millones que tenía en diciembre de 2012. Un aumento considerable para un hombre que tenía un trabajo full time en la Aduana.
La presentación de Paolucci describe que tiene dos departamentos y dos casas en la Ciudad de Buenos Aires (una de ellas de 720 metros cuadrados), y una casa de country en Hudson-Berazategui.
Justamente, la Justicia allanó esta semana un inmueble que sería de su propiedad en el ya emblemático country Abril, en esa localidad bonaerense. Abril se convirtió en noticia repetidas veces este año: allí se encontró una caja fuerte dentro de una escultura de un dragón en la casa de Walter Carbone (funcionario y tesorero de la campaña de Daniel Scioli) y se hallaron más de $ 4 millones en efectivo en la casa del empresario Carlos Tomeo (involucrado en causas por narcotráfico).
Uno de los aspectos más importantes de su patrimonio son tres fideicomisos inmobiliarios en los que invirtió quien fuera director de fiscalización de la Aduana. El primero es el fideicomiso Palacio Raggio, al que ingresó en 2013 y por el que suma $ 1,6 millones a su riqueza. Se trata de una obra ubicada en Bolívar y Moreno, en pleno centro porteño, con unidades de 35 a 95 metros cuadrados, y un valor de referencia que se ubica alrededor de los 2500 dólares por metro cuadrado. También tiene inversiones en otro fideicomiso de la misma comercializadora (Franchino Negocios Inmobiliarios): Palacio Bellini Plaza San Martín. También ingresó en 2013 y le aporta otros $ 1,2 millones. “Está diseñado por un conjunto de edificios de usos mixto conformado por dos torres, basamento comercial y tres subsuelos con cocheras, locales y residencias apto profesional, ubicado en la esquina de Paraguay y Esmeralda”, explicaban los desarrollistas. Y en el tercero, donde tiene invertido más de medio millón de pesos, es el fideicomiso Talcahuano Well Park, un emprendimiento de 220 cocheras, monoambientes y “duplex deluxe”.
Como ya relató #BORDER, la lógica de invertir en fideicomisos inmobiliarios también la tenía otro hombre fuerte de la Aduana como Eduardo Bernardi, a quien en un allanamiento le habían encontrado más de medio millón de dólares escondidos en su casa. Según fuentes periodísticas, Bernardi y Paolucci, hombres de confianza de Echegaray, venían manteniendo una disputa de poder por el manejo del puerto.
Paolucci, además, tiene dos vehículos, comprados en 2012, 135 mil dólares en efectivo y depósitos por más de 300 mil pesos. Ahora está detenido por orden del juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky, quien también ordenó la captura local e internacional de Claudio Minnicelli, cuñado del ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido, y logró detener a su socio, el empresario Oldemar Carlos Barreiro Laborda. Los acusado de integrar una presunta asociación ilícita de contrabandistas conocida como «la mafia de los contenedores».
Barreiro Laborda, conocido como Cuki, era el informante del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, quien por ese nexo fue desplazado y luego reincorporado. Ahora la causa volvió a caminar, con el ex militar de nuevo en su cargo.
