Nunca falta la risita socarrona si una mujer hace seis maniobras para estacionar, aunque los estudios dicen que son ellas las que más respetan las leyes de tránsito y las que tienen menos participación en accidentes fatales, y todavía es noticia cuando las primeras mujeres en alguna profesión llegan al volante de vehículos grandes: “La primera chofer bombera de la provincia” (Mendoza, noviembre de 2015), “Alejandra y Liliana, las primeras choferes mujeres de colectivo” (Salta, julio de 2015), “Santa Fe tiene a su primer conductora de autobomba” (Santa Fe, diciembre de 2014).
Cuando la Corte de Justicia de Salta hizo público el fallo que obligó a las empresas del transporte urbano a incorporar a mujeres a sus plantas de choferes, Jorge Flores, secretario general de la UTA, se mostró en desacuerdo: dijo en FM Profesional que las mujeres, más allá de manejar bien, desconocían el tránsito de Salta. Las primeras mujeres en acceder al cargo fueron entonces Alejandra Flores, que había trabajado como remisera en el turno noche durante una década, y Liliana Leiva, que había manejado colectivos de tours de viajes durante muchos años también. En mayo de 2016, empezaron a verse los resultados de las 36 mujeres que trabajan en el ámbito metropolitano salteño: un informe de la Unión Tranviarios Automotor de Salta coincidió con lo que indican los estudios a nivel nacional y en todos los ámbitos, no sólo en los profesionales. Entonces, Jorge Flores le dijo a la misma radio: “Es verdad, conducen mejor”. En Buenos Aires, el sitio Infonews informaba que las mujeres sólo representaban el 1 % del plantel.
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Algo similar ocurre con otros trabajos: en marzo de 2013, el Sindicato de Camioneros de Chubut anunció que se incorporarían las primeras mujeres choferes en la industria petrolera. El trabajo consistía en manejar camiones en Cerro Dragón, yendo a la boca de pozo, en un servicio de 24 horas. Eran en principio diez camioneras que se incorporaban a 500 camioneros hombres. Entonces, lo que resaltaban “la delicadeza” que aportarían ellas al trabajo. Los directivos de las empresas que las contrataban decían que esos modos se traducirían en una mejor prestación. Hoy están a cargo de varios tipos de unidades pesadas. Hasta en espacios con supersticiones en contra abrieron camino. En el ambiente minero hay mujeres que manejan equipos pesados, como Marta Ahumada, que comenzó con camiones de ruta y ahora opera una perforadora en San Juan. Marcelo Agulles, del departamento de Comunicaciones de Yamana Gold, donde trabaja ella, dice que en RRHH le informan que “las mujeres se destacan por trabajar con mayor atención en la operación de equipos”. “Tienen un manejo más cuidadoso y no por eso menos productivo, repercutiendo en menores índices de accidentes. Adicionalmente, tienden a disciplinar el ambiente de trabajo, los hombres se comportan de forma más cuidadosa en presencia de ellas. Son más ordenadas”, agrega.
El último reporte del Instituto de Seguridad y Educación Vial muestra que en la mayoría de los accidentes de autos de agosto de este año los protagonistas fueron hombres de entre 31 y 45 años. CESVI coincide en sus informes: de cinco mil accidentes graves investigados, las mujeres sólo tuvieron una participación del 3,2 %. Algunos podrían decir que es porque manejan poco, pero es el Observatorio Vial el que da datos que muestran que son más responsables para manejar: son las que más usan el cinturón de seguridad, por ejemplo. Luchemos por la Vida señala también que respetan más las normas de tránsito y toman menos.
Dentro del Servicio Nacional de Bomberos Voluntarios, 7000 mujeres desempeñan tareas en un espacio en el que hay 36.000 hombres. Crecieron en presencia si tenemos en cuenta que en 2010 representaban el 9 % y ahora el 16 %. Ana Menéndez, bombera en Cabildo, tiene cuarenta años y maneja el camión autobomba. Fue una de las primeras mujeres bombero en lograrlo en la provincia de Buenos Aires. Ingresó al cuerpo en el 2008, aunque desde siempre había querido serlo. Hoy, cuando en el pueblo suena la sirena, su hijo pequeño le avisa para que corra al cuartel a prestar servicio. Cuando ocurrió el gran último incendio en el sur, manejó la 4×4 hasta Cholila, para ayudar a combatirlo, acompañada de Laura Burgo.s ¿Son mejores las mujeres al volante de un camión de bomberos?
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Ana dice que no cree en cuestiones de género. Piensa que todo va por la reacción que se tiene ante las situaciones límites. “Cuando yo manejo no cedo a los nervios. Sé que está la vida de la gente a la que tenemos que asistir, y la vida de los compañeros que van en la unidad que manejo”, dice. En aquel momento, un brigadista que había compartido con ella la batalla contra el fuego en la Patagonia, le dijo al diario Río Negro: “esta mina es tremenda chofer. Pone primera, baja y avanza por caminos donde sólo podría pasar una topadora”.
Hace un año, se realizó el 1er Encuentro de Camioneras Argentinas. La reunión fue en Rosario y asistieron 25 mujeres. Tienen grupos de Facebook, como el de Somos Camioneras, comparten sus fotos con los enormes camiones que manejan al costado de la ruta, y se abren paso con la misma potencia que los vehículos que tienen a cargo.
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Marie Ottolini tiene 33 años y dice que para la gente de afuera quizá es raro, pero para ellas, las camioneras, es algo común y también lo es de a poco para los propios transportistas, que– pese a que siempre hay resistencias- se van acostumbrando a verlas al volante. “Han pedido que vaya exclusivamente yo a llevar una mercadería en el camión. La diferencia está en el trato”, dice. También cuenta que comenzó con esto hace varios años, y que siempre creció con los camiones de su familia en el patio de su casa por lo que fue de alguna manera el ámbito que la formó.
De lo hereditario habla Luly Dietrich, que creó el sitio Mujeres al volante, y logró tejer una comunidad que busca alentar a las conductoras. Ella dice que tiene un papel muy importante la confianza que haya dado la familia a la hora de relacionarse con los vehículos. De las licencias entregadas, sólo el 30 % son de mujeres, indica, pero el papel en las decisiones a la hora de comprar un auto es fuerte: “Hasta el 2009, la mujer estaba pintada. Las marcas no nos hablaban. Hoy, el 80 % influye en la decisión de elegir un auto”. Y sobre el prejuicio, Luly Dietrich asegura: “Muchas veces nos lo armamos nosotras en la cabeza. Siguen pasando situaciones, claro, especialmente cuando cumplís las normas, pero las mujeres que no sacan la licencia por miedo se pierden una parte de la vida”.
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