Me estuve conteniendo estos días, porque a mí misma me choca escribir enojada. Pero realmente no podemos seguir callados. Presidente Alberto Fernández: por favor, no deje que esta locura siga. Mejoren los testeos en escuelas. Vacunen a maestros antes que a los dirigentes sociales de los merenderos. Prioricemos la escuela a la administración de la pobreza. La educación es la única herramienta de progreso de una sociedad. No el fútbol.
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Dejen de meternos miedo y gestionen la pandemia. Olvídense un año de las elecciones. Es indignante verlos inaugurando obras o repartiendo fondos para cosas que no son la pandemia. Como si 2021 fuese otro año electoral común y corriente. Presidente, los fondos que utiliza son los de nuestros impuestos. Sin nosotros, no existiría el Estado. No nos castigue por laburar. Por ser clase media. Por no depender de planes. Los mas vulnerables, los de clase alta y los de clase media, somos argentinos. Todos. O todes, como le guste.
No es tiempo de seguir dividiéndonos para reinar en el caos. Larguen las encuestas y agarren el sentido común. Se lo digo de madre a padre presidente Alberto Fernández. La Argentina somos todos y la educación presencial es indispensable. Si no hubiéramos perdido un año de presencialidad, vínculos y contención de nuestros hijos, tal vez ahora podríamos hacer el esfuerzo del año pasado. Pero ya está. Nunca lograron “aplanar la curva”. Se equivocaron. Ya está. Pero esta vez, no puede aducir que no saben. No pueden pedirnos a nosotros que volvamos a recrear el pilar de una sociedad desde nuestras casas, que en el 60% de los casos del país son viviendas precarias.
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La escuela es indispensable. Es más segura que la calle. Que andar llevando a nuestros hijos de acá para allá para poder tener un rato para trabajar. Que estar toda la tarde en la plaza. No dejemos de aspirar progresar. No nivele para abajo, presidente. Soñemos con que los chicos que van a merenderos tengan un plato de comida en su mesa y un cuaderno en la mochila. No nos resignemos a rifar el futuro.
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