Dinamarca propuso este jueves la evacuación de afganos que colaboraron con la embajada danesa en Afganistán ante el avance talibán. Con el temor a posibles represalias por parte de los fundamentalistas islámicos suníes, el gobierno nórdico permitiría el ingreso de los colaboradores afganos y facilitaría el asentamiento en el territorio.
El ministro de Relaciones Exteriores, Jeppe Kofod, lanzó un comunicado referido a la grave situación que se vive en el país de Oriente Medio y afirmó: «Tenemos la responsabilidad común de ayudar a los afganos que están amenazados por haber colaborado con Dinamarca en Afganistán».
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El gobierno danés, tras proponerlo, planeará y estudiará la forma de llevar a cabo la evacuación. Posteriormente, dará un permiso de residencia de dos años para los afganos que trabajen actualmente (o lo hayan hecho en los últimos dos años) para la embajada danesa en Kabul,o que lo hayan hecho con el ejército danés.
Se estima que serían 45 los afganos a evacuar por el país europeo. Lo mismo prometieron sus vecinos, Suecia y Finlandia, y otros países occidentales que se ven involucrados en el conflicto.
A pesar de esta iniciativa, algunos países pertenecientes a la Unión Europea como Austria, Dinamarca, Grecia, Alemania, Países Bajos y Bélgica, pidieron la semana pasada a la Comisión Europea que se mantuvieran las expulsiones de migrantes afganos a los que se hubiera rechazado el asilo: «Detener los retornos envía una señal incorrecta y es probable que motive a más ciudadanos afganos a dejar sus hogares para ir hacia la UE», afirmaba el comunicado firmado por los ministros de interior de los países mencionados.
Este miércoles, Alemania y Países Bajos cambiaron su postura y solicitaron suspender esta acción.
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¿QUÉ PASA EN AFGANISTÁN?
Luego de 20 años de guerra, Estados Unidos y la OTAN decidieron comenzar a retirar sus tropas bajo la administración Trump. Desde el año pasado, las tropas extranjeras, en especial las estadounidenses, fueron dejando espacios a las tropas afganas hasta el punto de permanecer solo en la embajada y el aeropuerto de Kabul.
La última fase del repliegue finalizará el 31 de agosto, aunque se espera que sea oficializada el próximo 11 de septiembre, una fecha más que significativa.
El ejercito afgano no pudo mantener el territorio cedido por el ejercito de la OTAN ante los nuevos y abrumadores ataques de los fundamentalistas. Nuevamente, los talibanes se apoderan de territorios sumamente importantes y comienzan a aumentar su poder tras largos años de dominio extranjero.
En la última semana, los extremistas se han apoderado de una decena de capitales de provincias y se estima que tendrán bajo control a todo el país en tan solo 90 días.
La actual ola de violencia incumple el acuerdo de paz firmado entre EEUU, sus aliados y los radicales; aunque Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, sigue apoyando la retirada.
Con un desplazamiento de aproximadamente 400.000 soldados, los suníes tomaron el 65% del territorio en menos de una semana. El avance y la violencia aplicada dejó registros alarmantes con 5.183 víctimas civiles (1.659 muertos y 3.524 heridos) en el primer semestre de este año, un 47% más que en el mismo período de 2020, según la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán.