David Bowie: el coleccionista de personalidades

Moonage Daydream, el documental autorizado sobre el desaparecido artista inglés, cuenta su vida de una manera innovadora.
David Bowie
Créditos: David Bowie
Por: Pablo Strozza

Moonage Daydream, el documental dirigido por Brett Morgen sobre la figura de David Bowie, a su modo refleja de manera fiel al artista retratado. Esto es: no esperen un documental tradicional, con cabezas parlantes que dan cuenta de la existencia y obra de una persona. Y sí sepan que se van a topar con una narración más cercana a un videoclip largo que al de un film tradicional (dicho esto de modo para nada peyorativo). Un viaje de poco más de dos horas narrado por la voz de Bowie en off y en on (en este caso a través numerosas entrevistas). Una película que cuenta con la ventaja de haber tenido acceso autorizado a los archivos personales del inglés, y de esta manera mostrar infinidad de material inédito sobre su vida.

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“Soy un coleccionista de personalidades”. “Me manejo muy bien en el caos”. “Aprovechá cada día de tu vida”. Estos tres ejes, sumados a una narración cronológica, son las vías por las cuales circula ese ferrocarril llamado Moonage Daydream. El remix de los Pet Shop Boys de “Hello Spaceboy” es la estación terminal e inicial de un viaje que tiene una de sus virtudes en que la mayoría de las canciones que suenan de forma completa son tomas en vivo de las distintas etapas de la trayectoria de Bowie. Así, entonces, se puede ver al marciano glamoroso al frente de las Spiders From Mars entonar “Love Me Do” de los Beatles con… ¡Jeff Beck de invitado! O disfrutar de una versión más ralentizada de “Heroes” de la gira que tuvo como producto final el álbum en vivo Stage, y disfrutar de la guitarra del gran Adrian Belew surfear magistralmente el riff original registrado por Robert Fripp. Esas postales en directo también dan cuenta de un fenómeno que de Gran Bretaña se trasladó primero a la Europa continental, luego a los Estados Unidos y Japón, y por último al resto del mundo: la Bowiemanía. El nivel de adoración de sus fans para con el Delgado Duque Blanco, sin exagerar, es de un nivel pocas veces visto en la cultura popular de la segunda mitad del Siglo XX en adelante. Un fenómeno que en la Argentina fue correspondido con mucho delay: aún muchos recordamos su primera visita en 1990, con un recital en el Estadio de River Plate que cerró el Sound + Vision Tour, y una multitud paralizada que desconocía la melodía de un clásico como “Life On Mars?”.

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Moonage… también da cuenta de los costados extramusicales de Bowie. Así se lo ve como pintor, en la piel de Joseph Merrick en la versión de El hombre elefante que se representó en Broadway a principios de la década del 80, como un prisionero de guerra en Merry Christmas Mr. Lawrence, o en papeles publicitarios vendiendo sake en Japón o Pepsi en todo el mundo junto a Tina Turner. Y, esto está tan explícito que por eso puede ser pasado de largo, sus innumerables looks de todo tipo. En un momento de la película Bowie destaca su pasado de joven mod para justificarse por sus distintos cambios de vestuario, y este argumento no sólo es lícito y verosímil, sino que también explica a la juventud inglesa de .los 60 desde el lugar de las subculturas juveniles, y tener en claro de qué lugar de la grieta entre rockers y mods se ubicaba David.

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A partir del suceso total y mundial de Let’s Dance (1983) hay un descenso lógico en la calidad de la obra de Bowie: es imposible para cualquier ser humano mantener el grado de innovación y perfección que él tuvo desde el disco The Man Who Sold The World (1970) hasta el single “Absolute Beginners” (1986). Así es que, tal como ocurre con su matrimonio con Angela, la historia se saltea ciertos pasos de su carrera y hacia el final hace un foco hermoso en su casamiento con la modelo somalí Iman Abdulmajid. Un Bowie enamorado, que termina su vida unos años después, retirado del ojo público a lo Greta Garbo en Nueva York, con una obra maestra llamada Blackstar. “Algo pasó el día en el que murió. Su espíritu se elevó un metro, y luego se hizo a un lado. Alguien tomó su lugar y lloró valientemente. Soy una estrella negra”, dice la canción que titula su último disco, publicado el 8 de enero de 2016, coincidiendo con su cumpleaños Nº 69 y dos días antes de su fallecimiento. La vida que supera al arte, y el arte como una forma de vivir: pocos encarnaron estas oraciones complementarias como David Bowie.

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Moonage… se verá en cines de las cadenas Cinemark Hoyts y Showcase durante este fin de semana. Posteriormente llegará al streaming vía HBO Max en fecha a confirmar.

 

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