Tras las elecciones parlamentarias de este domingo 25 de septiembre, la posfascista Giorgia Meloni ganó los comicios y será la encargada de formar el nuevo gobierno de Italia. Junto al candidato de ultraderecha, Matteo Salvini, y el ex Primer Ministro, Silvio Berlusconi, Meloni llegará a ser la primera mujer al frente de un gobierno italiano. En Europa preocupan sus posturas ultraconservadoras.
La líder del partido “Hermanos de Italia”, se destaca por su posición anti europea, anti inmigratoria, su militancia fascista y la admiración por el ex dictador Benito Mussolini, a quien definió como un “buen político” y lo idolatra sin tapujos. En un reciente discurso, Giorgia Meloni se definió como “mujer, madre, italiana y cristiana”, donde también mencionó parte de sus ideas: “sí a la familia natural, no a los lobby LGBT, sí a la identidad sexual, no a la ideología de género”.
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Meloni se convirtió en presidenta del partido ultra Hermanos de Italia en el 2014 y forma parte de la Cámara de Diputados desde 2006, cuando tenía 29 años. Nunca se guardó las críticas a los últimos gobiernos italianos que no pueden establecerse en el poder, sobre todo arremetió fuertemente contra el anterior Primer Ministro Mario Draghi.
En estos últimos comicios logró obtener un 26% de los votos, consiguiendo 119 bancas en Diputados (de 400) y 65 en el Senado (de 200). Esto sorprende ya que en el 2018, las anteriores elecciones parlamentarias de Italia, Meloni apenas había logrado el 4,3% de los votos.
LA OPINIÓN DE MELONI SOBRE LA INMIGRACIÓN
Giorgia Meloni, la futura Primera Ministra, endureció su discurso sobre inmigración y derechos civiles en el país europeo. Incluso, afirmó: «Queremos acabar con la inmigración descontrolada que ha alcanzado cifras increíbles en nuestras costas».
La campaña fue orientada claramente hacia su ideología conservadora, su pensamiento católico y nacionalista. Sus principales propuestas se hicieron notar por la presencia de anti islamismo, anti europeísmo y contra la comunidad LGBT. Además, las promesas iban desde el recorte de impuestos, el bloqueo de los inmigrantes en el Mediterráneo y hasta una política familiar que busca impulsar la tasa de natalidad.
Uno de sus principales aliados, Matteo Salvini, líder del partido La Liga, ya ha realizado bloqueos para los inmigrantes que llegaban de Libia cuando era parte del gobierno de Giuseppe Conte. Realizó dos «decretos de seguridad», abolió la protección humanitaria para los migrantes con el cierre de los centros de acogida para solicitantes de asilo y multó a las ONG que violaran la prohibición de entrada.
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¿PELIGRA LA CIUDADANÍA ITALIANA PARA AMÉRICA LATINA?
Uno de los candidatos a diputado de Hermanos de Italia, y periodista deportivo, Vito De Palma, explicó a medios de Paraguay la posición que el nuevo gobierno buscará imponer sobre la doble ciudadanía. Según detalló, la prioridad de la coalición gobernante será la característica del ius sanguinis. Es decir que, en primera instancia, Meloni mantendrá el derecho a recibir la ciudadanía italiana cuando uno es descendiente de estos.
Por otro lado, el trámite de la ciudadanía italiana, dice De Palma, necesita de «un buen funcionamiento consular«. “Se busca que la ciudadanía por derecho de sangre sea una realidad practicable, ágil, eficiente y eficaz», aseguró el periodista de ESPN.
Incluso fue más allá y el candidato afirmó que le gustaría crear un «sistema centralizado de búsqueda y oferta laboral de empresas italianas en América del Sur por vía consular que pueda dar respuesta a las necesidades laborales de los italianos en el continente sudamericano».
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