Mientras Argentina alcanza niveles altísimos de pobreza y una inflación que se encamina a los tres dígitos, en el centro de la discusión política se encuentra el debate por la eliminación de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Mientras un diputado nacional plantea un proyecto para derogar la regla electoral, algunas provincias ya avanzan en este sentido. La oposición salió al cruce tras los planteos con un fuerte comunicado oficial, donde se tildaba de “trampa a la democracia” al intento de eliminación.
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Aunque el proyecto legislativo todavía no fue formalmente presentado, ya fue ventilado por el diputado rionegrino, Luis Di Giacomo, quien afirmó que “hay que resolver esto por sí o por no antes de fin de año”. Además, detalló que las PASO “no cumplieron la función para la que fueron creadas”
Mientras el oficialismo hace crecer la incertidumbre sobre este tema, las provincias de San Juan y Salta se adelantaron y eliminaron la instancia electoral que prometía dirimir las internas partidarias, pero que, de hecho, fue utilizada con ese fin en pocas ocasiones.
Además de estas provincias, otras tantas buscan eliminar las PASO de cara al 2023, ya que tienen el poder de autonomía como para tomar esas decisiones. En Catamarca y Chubut se baraja la posibilidad de derogar esta ley electoral, principalmente tras los dichos del gobernador catamarqueño, Raúl Jalil y de Mariano Arcioni, gobernador de Chubut, quienes abrieron el debate en sus provincias.
También Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, se expresó en este sentido y le pidió al Gobierno Nacional que accione sobre la ley que habilita la realización de las Primarias en todo el país. El riojano aseguró que la regla creada en la primera presidencia de Cristina Kirchner es “un gasto económico innecesario».
Este mismo punto es el que acusaba incluso la actual oposición desde que se comenzó a implementar en las elecciones del 2011 hasta las últimas legislativas en el 2021. Y el punto es irrefutable. Las PASO en estos últimos comicios le significaron al Estado más de 3.000 millones de pesos, un 45% del presupuesto electoral; aún más que las elecciones generales, que significaron un 35%.
Pero el gran problema que acusa hoy Juntos es el momento y el oportunismo político del kirchnerismo para modificar una regla electoral a meses de comenzar a vivir de lleno las elecciones presidenciales 2023. Sin las PASO, la oposición queda claramente afectada y obligada a jugar el juego del Frente de Todos en medio de la fuerte polarización.
Sin ir más lejos, nunca en estos años el kirchnerismo utilizó las Primarias para definir candidatos sino más bien como una “gran encuesta nacional”. Por el contrario Juntos sí lo utilizó y de gran forma, sobre todo en las presidenciales del 2015 que colocaron a Mauricio Macri como el líder electoral definitivo de su espacio.
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En 2021, también supieron aprovechar las PASO en algunos puntos del país, como en la Ciudad de Buenos Aires, donde ampliaron la incidencia en el espectro político, por ejemplo, con la lista de López Murphy que buscaba competir con la opción liberal de Javier Milei.
En otras ocasiones -como en 2011- el kirchnerismo se vio beneficiado por esta regla electoral al mantener la unidad frente a una oposición dividida y sin consenso; por lo que la puja se convierte en constante e interminable, además de que se basa en puro juego político y electoral en medio de una situación extremadamente delicada para la economía del país.
¿QUÉ PODRÍA PASAR SI SE ELIMINAN LAS PASO?
Con un Alberto Fernández relegado y un Sergio Massa más activo que nunca, Cristina Kirchner buscará mantener la unidad lo más entera posible y centrada en la victimización con respecto a su situación judicial. “La jefa”, sabe que sin una unidad conformada las posibilidades de ganar son mínimas.
Mientras tanto, la oposición ofrece un enorme abanico de candidatos que ya se encuentran pujando por el principal apoyo, tanto al interior del partido como en el electorado. Sin las Primarias, el frente de oposición tendrá una tarea difícil para elegir a su candidato presidencial sin fracturarse en el proceso.
En otro escenario, aún con las PASO vigentes, es difícil encontrar a figuras políticas que se impongan sobre otras. En primer lugar, sin Cristina ni Macri entre los candidatos, cualquiera intentará postularse con la intención de ganar o entrar al ballotage; lo que fragmentaría el panorama en unas cuantas partes.
Si tenemos en cuenta las encuestas actuales con respecto a la imagen pública que manejan los principales antagonistas políticos, Macri y Kirchner, todo indica que en un ballotage les costaría imponerse ante otros candidatos que no sean su contraparte. Es decir, si uno de los dos no se postula, el otro probablemente tampoco lo hará. Lo mismo sucede en una situación contraria, ya que de la única forma en la que podrían imponerse es enfrentándose.
Todo es posible en Argentina. Pero la discusión por la eliminación de las PASO tiene un enorme trasfondo que va más allá del presupuesto que se necesita para llevarlo a cabo. Cada cambio en las reglas produce ganadores y perdedores en las posteriores contiendas. Ninguno querrá dar el brazo a torcer en este sentido a pesar de la grave situación nacional y de lo lejos que está la discusión de los problemas reales de la gente.
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